📌》[11] "¡Cállate y escúchame!"

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- Stolas se encontraba en la sala de su casa junto a sus amigos; Verosika, Vassago y Andrealphus. Se suponía que estaban viendo una película pero lastimosamente la mente del chico pálido se encontraba en otro lugar.

Octavia no se encontraba en casa por lo que solo eran ellos cuatro junto al personal de la casa (que no eran muchos realmente).

Mientras que los chicos comentaban acerca de la película, Stolas divagaba pensamiento tras pensamiento. Las palabras de Blitzø se quedaron marcadas en él y realmente le estaban afectando más de lo que deberían.

La intención de Stolas no era molestarlo, realmente cree que el moreno es un gran hombre y además de eso atractivo. Admiraba la relación que tenía con sus compañeros y el respeto que éstos le tenían. ¿Qué le había hecho a Blitzø como para que pensara que quería quitarle todo? Stolas estaría completamente dispuesto a disculparse y tratar de mejorar todo, pero el moreno ya dejó completamente en claro que lo despreciaba.

Eso le dolía, todo dolía. El recuerdo de Stella regresó a su mente y sus ojos empezaron a picar, él quería llorar. El maltrato que sufrió durante años por culpa de esa mujer era irremediable, podía jurar que aún tenía marcas en su cuerpo que lo confirmaban.

Todavía recordaba el día que la conoció, aquella tonta fiesta de cumpleaños donde su padre le dijo que debía casarse con ella por cuestiones económicas. Resulta que el chico pálido no había crecido en una familia millonaria pero tenían suficiente dinero para alimentarse, por lo que la inesperada noticia de que debía unirse en matrimonio con una dama para poder compartir bienes lo dejó confundido.

Trató de protestar pero su padre lo llamó egoísta y lo obligó por las malas así que no tuvo otra opción. Cuando la vio por primera vez ella realmente lucía como una niña malcriada y grosera, hacía berrinches por todo y siempre lo golpeaba y mordía.

Ella dejó muy en claro que no quería casarse con él y Stolas aseguró que el tampoco quería, pero ya su padre había firmado un contrato y no le quedó de otra.

Stella era malvada con él frente a todos, y es obvio que sus padres no le decían nada ya que realmente no le importaban el pequeño Stolas, solo su amada y despreciable pequeña. Su padre tampoco dijo nada ante el maltrato, ni siquiera parecía importarle.

Desde ese momento el peli azul supo que su vida iba a ser un completo infierno, y así fue durante bastantes años.

Stella lo había obligado a tener un hijo, según ella era porque sus padres querían un nieto lo antes posible. A ella no le importaba su opinión y estaba dispuesta a conseguir lo que quería por lo que Stolas nuevamente no tuvo otra opción. Lo intentaron durante varias noches, noches donde la chica no dudaba ni un segundo de recordarle lo patético e inútil que era solo por no saber que hacer.

Cuando Octavia nació ella fue la única luz en su miserable vida. Siempre la protegía de todo mal y nunca dejó de recordarle lo mucho que la amaba hasta el día de hoy. A Stella no podía importarle menos la niña, nunca se molestó en pasar tiempo con ella ni en prestarle atención incluso ni cuando era un bebé, todo el trabajo se lo dejó a Stolas.

Ella continuó con el maltrato hacia él, y no fue hasta la muerte de su padre que Stolas tomó la decisión de terminar con todo esto. El contrato era entre su padre y los padres de la chica, por lo que ahora que él no estaba vivo pues técnicamente el contrato no tenía valor.

Stella se opuso ante la idea y le recordó que si la dejaba no iba a tener nada, pero a él no le importaba. Se divorció de ella y el contrato quedó nulo.

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