fragmentos de vidrio rotos

cap 4

La lluvia no daba señales de detenerse pronto, pero no disuadió al tipo que la arrastraba por la muñeca, bajando los tres tramos de escaleras hasta la planta baja y saliendo al patio, sin vida a esta hora de la noche. salvar al perro callejero al que solía alimentar de vez en cuando y al viejo guardia de seguridad en su desvencijado cubículo. El perro abrió un ojo y levantó una oreja al escuchar sus pasos, pero se dejó caer sobre su pata como si no sospechara ningún juego sucio. El anciano estaba ocupado tocando su música favorita de los 80, demasiado ocupado para preocuparse por las gotas de lluvia que golpeaban el alféizar de su ventana o por el descarado crimen que tenía lugar a su alrededor.

Ochako logró subir el cuello de su chaqueta tanto como pudo con una mano, bastante segura de que estaría completamente empapada cuando regresara a casa.

Es decir, si alguna vez lo hace.

En circunstancias normales, podría haber fingido que eran un par de adolescentes tontos que se escabullían en mitad de la noche a la playa o al parque para observar bonitas estrellas salpicando el despejado cielo nocturno. Pero estas no eran circunstancias normales y Shigaraki Tomura era todo menos normal. Debe estar llevándola a pasar lo que fue su última noche en el planeta para ella. Sin duda, su cadáver sería encontrado en el fondo de un lago mañana, desfigurado y mutilado hasta quedar irreconocible, y la policía podría tener que descubrir su identidad a través del pequeño topo que tenía al lado de su dedo meñique. Su tonta fotografía policial de su documento de identidad de la escuela estaría estampada en todos los periódicos de Japón bajo los titulares: Estudiante de la UA encontrado muerto, sospechoso aún en libertad o ¿Están los villanos apuntando a los estudiantes de la UA para atacar a All Might? o algo aún más dramático. Sus labios temblaron miserablemente. Mamá y papá estarían inconsolables al encontrar a su querida y preciosa calabaza asesinada incluso antes de que ella cumpliera los veinte años. Ya podía ver en su mente los ojos hinchados e inyectados en sangre de su madre y sintió...

“Uf, basta”. La voz ronca sobre ella la trajo de vuelta al mundo real. Ella parpadeó a través del agua que goteaba en sus ojos y miró hacia arriba para encontrar sus ojos rojos mirándola fijamente. Se habían detenido, o más bien la habían arrastrado al medio de un callejón oscuro con una calle solitaria en un extremo y un muro alto en el otro. Exactamente, el tipo de lugar de las películas policiales donde el asesino en serie a sangre fría le arranca el vestido a su nueva víctima o le apuñala las tripas. “Está bien, ¿te importaría apagar tu cerebro durante cinco minutos, eh? Me estás dando dolor de cabeza por aquí. Hoy ya estoy de muy mal humor”.

¡¿Puede oír mis pensamientos?! "No, no puedo escuchar tus pensamientos". Suspiró y se pasó la mano libre por el cabello antes de bajar un poco la capucha hasta cubrirle los ojos. Este villano parecía más exasperado con ella que excitado maníacamente por su sangre como los asesinos en serie de las películas y, sinceramente, no sabía si era algo bueno o no. "Pero tus emociones me inundan de locura debido a esta... cosa ". Si a eso le sumas tu cara tonta y expresiva, realmente no necesito sacar un nat 20 para descubrir qué diablos estás tramando en tu cabeza.

"No me gusta esto, ¿vale?" Ochako se aclaró la garganta y continuó, esperando que su voz fuera más firme que antes: "No sé a dónde me llevas, qué quieres de mí... Odio esto y aún más el hecho de que alguien como tú sea mi alma gemela". . No entiendes cuánto tiempo esperé...

"¿Oh sí? ¿Y entonces cuánto crees que debo odiar esto? Le puso la mano en la cara y tiró descuidadamente del hilo con la uña. El que conecta su dedo anular izquierdo con el derecho de ella. El que conecta indirectamente sus almas. La acción pareció enviar temblores imperceptibles a través de la cuerda; por el contrario, toda su alma se estremeció de anticipación y anhelaba estar más cerca de su otra mitad. Aunque no parecía haberle afectado de ninguna manera. O, tal vez, era mejor manteniendo su cara de póquer. “No te molestes en responder. Por mucho que me odies, ten por seguro que te odio aún más. Es por tu culpa que estoy en un aprieto ahora mismo”.