Capítulo XXVII

1.2K 57 25
                                    

"Prepara una mochila con ropa y con todo lo que necesites para una noche, Lexie"

Esas palabras se repetían en su mente una y otra vez, ocasionándole un gran debate mental. ¿A dónde quería llevarla? ¿Qué tenía en mente?

Fue Blake quien se lo dijo, justo cuando abrió los ojos nada más despertar. Después de aquello, se marchó haciéndole entender que volvería a por ella por la tarde, a hora baja. Necesitaba atender unos asuntos antes de nada, y Lexie lo comprendió.

Y ahora, ahí estaban ellos. El rubio y la morena. El extrovertido y la introvertida. El sol y la noche. Nico y Lexie.

—Creo que deberías llevarte este pijama, te queda divino —sonrió el rubio, saqueando el armario de su amiga—. ¡No! ¡Mejor este!

—Nico, ni siquiera sé a dónde me lleva. No sé si pasaré frío o calor.

—El día que el amargado de tu novio haga algo sin dejarlo a medias, le daré un premio —ironizó rodando los ojos.

—Bueno... a mí se me ocurren un par de cosas que sabe hacer, y desde luego no lo hace a medias —sonrió picarona, mordiéndose el labio mientras se lo imaginaba. Nico le lanzó un cojín con fuerza.

—¡No es el momento, Lex!

—Tú has empezado.

—Yo solo he insultado a tu novio, y tú te has puesto a fantasear con él, pedazo de cerda.

—Cerda dice —repitió ofendido—. Al menos yo no grito como una cabra loca cuando follo con él.

—¿Qué insinúas, Wollfer? —la miró mal, entre cerrando los ojos. Ella trató de no reír.

—Yo no insinúo nada, yo lo digo claro —carraspeó aclarándose la voz—. ¡Me parece muy bien que Zack quiera destrozarte el culo, pero el resto de la mansión no tiene culpa, y no tiene por qué escuchar tus gritos! —estalló a carcajadas.

—¡Pero si a ti también se te oye, sinvergüenza!

—Mentira.

—Dejemos el tema, mejor. No quiero que Harrison me mate por meterte la maleta por el culo —comentó fingiendo distracción.

—Rubio de mierda —golpeó su hombro. Nico le devolvió el gesto, riéndose.

—Hoy nos hemos levantado divertidos, por lo que veo.

—No te hagas, tú también tienes lo tuyo. Anoche hubo fiesta, ¿Verdad? —lo miró con picardía. Nico escondió una sonrisa mientras guardaba unos pantalones en su mochila.

—¿Fiesta? Di masacre, mejor.

—¿Por qué?

—Lexie —la miró desconcertado—. ¿Tengo que recordarte que, literalmente, voy cojo?

—Ay —trató de no reír—. Los gritos tuvieron que haberme hecho entender.

—Gilipollas —le lanzó otro cojín.

—Hola —Zack entró en la habitación—. ¿Qué hacéis?

—Tu ser amado me está ayudando a hacer mi mochila, y yo estoy buscando por internet sillas de ruedas a buen precio —bromeó distraída, haciendo reír al morocho.

—Sí me pasé, sí —suspiró. Abrazó a Nico por la espalda haciéndolo sonreír, y miró a Lexie tras dejar un corto beso sobre su cuello—. ¿A dónde vais?

—Me gustaría contestarte, pero ni yo mismo lo sé. Blake no quiere decírmelo. Es una sorpresa.

—A mí no me ha querido decir nada para que no pudiera decírtelo. No confía en mí —fingió indignación.

Rehén [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora