XVIII

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- Ahora que estás un poco más despierto, me podrías decir ¿Por qué estabas tomando anoche? ¿Cómo te lastimaste? Y lo más importante... ¿Por qué tienes tanto olor a humo? - Preguntó Musso algo preocupado, creía que Antuña había dejado ese hábito hace tiempo.

Gustavo avergonzado bajo la cabeza y pronunció - Anoche... Me sentía mal, solo eso, tampoco para que te preocupes tanto - Entrelazaba nerviosamente las manos.

- ¿Que no me preocupe? Gus, si estabas fumando debe ser algo grave, por favor decime - Habló apoyando sus manos sobre los hombros de este.

- ... No... No te quiero molestar - Dijo aún con la mirada fija en el suelo.

- No me molestas - Movió sus manos hacia las mejillas de Antuña, obligándolo a mirarlo a los ojos. Este no opuso resistencia y levantó la mirada, Musso se acercó y le dio un beso. Rodeo su cuello, acercándolo aún más a él.

Este acto provocó que Gustavo se sintiera algo mal por su actitud - No soporto a Laura... Y... Odio que mientas -  Confesó aferrándose aún más al abrazo

Musso pensó y luego pronunció - ¿Tan difícil era decirlo? - Acarició el cabello del contrario - Ahora... ¿Cómo te cortaste? - Preguntó nuevamente

- Ni yo sé, tengo un borroso recuerdo de levantar los pedazos de la botella y ya - Respondió

- hm - Pronunció tomando la mano de su pareja y observando el vendaje.

Roberto abrió la puerta con una gran sonrisa.

- ¡Topito! - Grito mientras soltaba la mano de su hija para que recorriera el lugar.
Fede se acercó al perro de Gustavo, se dejó oler por este y luego lo acaricio - ¡Que bonito! ¿Cómo se llama, papá? -

- Se llama Zepp, hija - Respondió dejando sus llaves sobre la mesa del comedor.
Abrió la puerta de la habitación, buscando a su pareja. Se acercó al baño, logrando escuchar gotas de agua caer de la ducha.

- ¡Topito! - Volvió a llamar - Llegue!... Llegamos - Hablo y corrigió

- Ya salgo - Gritó en respuesta al llamado

Musso dio media vuelta y volvió sobre sus pasos en dirección al hall.

Avistó a su pequeña niña jugar muy emocionada mente con la mascota de su pareja, supo que serían buenos amigos.

[...]

- ¡Hola Fede! - Saludó Antuña alzando a la niña en sus brazos - ¡Si que creciste! - exageró sorprendido por el peso de esta misma.

- ¡Pero si me veo igual! -

- Si, pero un poco más pesadita, hija -

Federica se cruzó de brazos y exigió bajarse. Acto seguido se dirigió con su padre que estaba sentado en el sillón con su computadora.

- Pa! Apenas me ve y ya me insulto! -

- No, Fede, solo te dijo que estás más grande, es un halago -

- ¿Osea que soy más alta? -

- ¡Exacto! -

Esa pequeña interacción provocó que su hija de repente se pusiera muy feliz.

- ¿Enserio me veo más alta tío? - Preguntó

- Si! - Respondió. Ese "Tío" le hizo sentirse un poco mal, comprendía que aún no sabía nada de lo que pasaba, y eso era mejor que romper su burbuja de fantasía y felicidad.

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⏰ Última actualización: Jul 09 ⏰

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