Hozier - Too Sweet (0:44 - 1:20)
Una vez que terminamos —o que él decide que ya ha sido suficiente, lo cual es un interesante cambio de escenario y no sé exactamente como sentirme al respecto, ya que no suelo detenerme hasta que estoy completamente rota en el suelo llena de dolor—, me levanto para buscar mi vestido y dirigirme hasta el baño. Emrys le pide a alguien del servicio que traiga mi bolso. Me tomo mi tiempo para arreglar mi cabello y maquillaje.
Salgo del baño con una sonrisa, luciendo no menos que perfecta como si no tuviera ningún problema. Cualquier que me mire, jamás sabría las cosas que he pasado o aquello que oculto.
—Ya estoy lista.
Emrys está sentado en una silla, con las piernas cruzadas y un dedo recorriendo su labio inferior. Sus ojos fijos en mí. Parece que está buscando algo.
—¿Leone? ¿Una pregunta?
Me toma ligeramente por sorpresa que me llame por mi nombre, porque es algo que no hace cuando estamos él y yo solos.
—Sí, dime.
—Tú vas a terapia. ¿Verdad? Creo que te escuché decirlo la semana pasada.
Me cruzo de brazos sin entender a dónde quiere ir con eso.
—Sí. ¿Por qué?
—Curiosidad.
—No dijiste tú que la curiosidad mató al gato, pero sí, hace poco empecé a ver a una nueva terapeuta por petición de mi madre.
Mi mamá leyó un artículo que mi nueva terapeuta había publicado y me dijo que debería ir a verla, que tal vez ella podría ayudarme. Es interesante como ella es consciente de que necesito ayuda, pero no reconoce la razón de porque la necesito.
—¿Y sientes que te está ayudando? ¿Has visto un cambio en ti desde que la estás viendo?
—¿Por qué tú repentino interés en mi salud mental? Espera un momento. ¡Crees que tengo problemas! Eso es rico viniendo de ti. ¡Tú también los tienes!
Levanta las manos en señal de rendimiento y yo pongo los ojos en blanco.
—Leone, soy plenamente consciente de que tengo mi equipaje de traumas y problemas, no los estoy negando, pero tú... Es bueno que vayas a terapia.
—Eres un...
—Idiota, sí lo se.
Se termina de acomodar la corbata y me dedica una sonrisa que me dan ganas de quitar con un golpe directamente en su mejilla, pese a que no soy una persona violenta o que elija la violencia como primera opción.
Tomo mi bolso y lo sigo hasta la puerta, y solo hemos dado un par de pasos fuera de la habitación cuando nos encontramos con Garrett.
—Mi madre me mandó a buscarlos. Han estado fuera mucho tiempo y ha es hora del anuncio —nos dice Garrett, respondiendo a una pregunta que ni Emrys o yo hemos hecho.
No paso por alto la mirada que nos lanza a su hermano y a mí.
Sonrío.
La parte de mí que aún está molesta por sus últimas palabras, quiero herirlo de alguna manera.
—Oh, no nos dimos cuenta. Este tipo de eventos suelen abrumarme y Emrys me trajo aquí para hacerme sentir mejor. ¿No es encantador?
—¿Encantador? Vaya, jamás pensé que se podría asociar esa palabra con Emrys. Él es muchas cosas, pero no sé si encantador sería una de ellas.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que las mentiras nos separen
RomansaLeone y Emrys están comprometidos, pero tienen un pequeño problema... se odian. **** En realidad, no se odian, solo que no les agrada la idea de ser obligados a casarse, dado que ni siquiera se conocen y ninguno de los dos cree en el matrimonio. S...