|𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 006| ᵗʰᵉ ᵈᵘᵉˡ ᵃᵗ ᵐⁱᵈⁿⁱᵍʰᵗ

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Definitivamente, Daella no creía que pudiera haber una persona a la que detestara más que a Draco Malfoy. Sin embargo, los de primer año de Gryffindor sólo compartían con los de Slytherin la clase de Pociones, así que no tenía que encontrarse mucho con el. O, al menos, así era hasta que apareció una noticia en la sala común de Gryffindor, que los hizo protestar a todos. Las lecciones de vuelo comenzarían el jueves... y Gryffindor y Slytherin aprenderian juntos.

- Perfecto.- Dijo en tono sombrío Harry.- Justo lo que siempre he deseado. Hacer el ridículo sobre una escoba delante de Malfoy.

- No sabes aún si vas a hacer un papelón.- Dijo razonablemente Ron.- De todos modos, se que Malfoy siempre habla de lo bueno que es en quidditch, pero seguro que es pura palabrería.

- Yo conozco a Malfoy desde los 6-7 años...- Empezo a hablar Daella.- y nunca lo he visto volar. Seguro que está mintiendo.

La verdad es que Malfoy hablaba mucho sobre volar. Se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca estaban en los equipos de quidditch y contaba largas y jactantes historias, que siempre acababan con el escapando de helicópteros pilotados por muggles. Pero no era el unico: por la forma de hablar de Seamus Finnigan, parecia que había pasado toda la infancia volando por el campo con su escoba. Hasta Ron podía contar a quien quisiera oírlo que una vez casi había chocado contra un planeador con la vieja escoba de Charlie. Todos los que procedían de familias de magos hablaban constantemente de quidditch.

Daella nunca había volado en escoba, pero le encantaba el quidditch y se sabía todas las posiciones de memoria y diferentes tácticas que había leído en libros. Neville no había tenido una escoba en toda su vida, porque su abuela no se lo permitia. Daella pensó que ella había actuado correctamente, dado que Neville se las ingeniaba para tener un número extraordinario de accidentes, incluso con los dos pies en tierra.

Hermione estaba casi tan nerviosa como Neville en el tema del vuelo. Eso era algo que no se podía aprender de memoria en los libros, aunque lo había intentado. En el desayuno del jueves, aburrió a todos con estúpidas notas sobre el vuelo que había encontrado en un libro de la biblioteca, llamado Quidditch a través de los tiempos. Nevilld estaba pendiente de cada palabra, desesperado por encontrar algo que lo ayudará más tarde con su escoba, pero todos los demás se alegraron mucho cuando la lectura de Hermione fue interrumpida por la llegada del correo.

Una lechuza entrego a Neville un paquetito de parte de su abuela. Lo abrió excitado y les enseño una bola de cristal, del tamaño de una gran canica, que parecía llena de humo blanco.

- ¡Es una recordadora!- Explicó.- La abuela sabe que olvido cosas y esto te dice si hay algo que te has olvidado de hacer. Mirad, uno la sujeta así, con fuerza, y si se vuelve roja... oh...- Se puso palido, porque la recordadora súbitamente se tiñó de un brillo escarlata.- es que has olvidado algo...

- Neville...- Daella le hablo, y Neville dirigió su mirada a ella.- te has olvidado de la túnica.

Neville estaba agradeciendo a Daella, cuando Draco Malfoy, que pasaba al lado de la mesa de Gryffindor, le quito la recordadora de las manos.

Harry y Ron saltaron de sus asientos. En realidad, deseaban tener un motivo para pelearse con Malfoy, pero la profesora McGonagall, que detectaba problemas más rápido que ningún otro profesor del colegio, ya estaba allí.

- ¿Qué sucede?

- Nada profesora.- Empezó Daella mirando a la profesora McGonagall.- Draco le había cogido la recordadora a Neville, pero ya se la estaba por devolver, ¿verdad?

Con aire furioso, Malfoy dejó rápidamente la recordadora sobre la mesa y se alejo, seguido por Crabbe, Goyle y Matteo.

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𝐃𝐀𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍 𝐘 𝐋𝐀 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐑𝐀 𝐅𝐈𝐋𝐎𝐒𝐎𝐅𝐀𝐋 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora