Capítulo 1 "Ojos color de sol"

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Era el segundo intento que hacía por encender su cigarrillo con aquel viejo encendedor dorado que en tantos viajes lo había acompañado.
"Quizás él también necesite vacaciones", pensó Paul Wesker mientras intentaba una vez más pero sin éxito hacer funcionar a su viejo compañero.
Aún recuerda la vez que lo compró, o más bien, se lo compraron, en aquel viejo mercado a las afueras de París.

"Para que te acompañe siempre" esas habían sido las palabras de Dominique, su difunta mujer, mientras se la colocaba en el bolsillo de su chaqueta hacía unos cuantos años atrás. Desde entonces lo conservaba.

-Mierda- murmuró cuando al tercer intento tampoco tuvo éxito

-Quizás es una señal- la voz de la rubia lo hizo mirar a su lado -Fumar es un mal vicio, hace daño a la salud- reafirmó Vera acercándose para quitarle el cigarrillo de la mano.

-¿Y su vicio por Taylor? ¿Eso no es un mal vicio?- refutó Wesker provocando que la rubia lo mirara con una ceja alzada.

-No, eso es tener buen gusto musical- y sin decir nada más volvió a su antigua posición, sentada sobre el escritorio de mármol que reinaba en el centro de la sede del SNI.

Wesker sonrió de medio lado, analizando la actitud casi infantil de su compañera.
Era como una niña pequeña, con esa inocencia de quien aún ama la vida, sin embargo con una fuerza y valor admirable, tanto como la de cualquier guerrera que ha librado mil batallas.
Vera Marquez era sin duda la mejor compañera que podia desear. Era como la paz en medio de tanto caos de la ciudad. Había sido buena decisión traerla e integrarla como agente del Servicio Nacional de Inteligencia, cada día lo reafirmaba.

-¿Crees que le caeré bien?- preguntó la rubia rompiendo el silencio que se habia creado por unos minutos -No crees que considere que soy demasiado joven para el trabajo, ¿verdad?-

Los ojos de tonalidad gris de Wesker se encontraron con la mirada inocente y azul como el mar de la joven rubia.
¿Qué si era demasiado joven? Quizás, por mucho que se haya querido cambiar de ropa en el día de hoy y ponerse sumamente elegante, se notaba que debajo de esa armadura se escondía la joven de 20 años que ama la música y se viste con camisas de cuadros y faldas de flores.

-¿Te refieres a la jefa?- Vera asintió, haciéndolo sonreír pues estaba seguro de su respuesta -Pues creo que va admirar eso de ti. Tu decisión y juventud. No la conozco mucho, pero lo poco que sé de ella es que admira a las mujeres como tú, Marquez. Mujeres de carácter y que no dejan que nada las detenga-

Vera escuchó atentamente sus palabras, y tras un suspiro que espantó sus nervios, centró su mirada en la puerta de madera que tenían delante.

-Ya está algo atrasada, ¿no?-

Wesker miró su reloj por primera vez en la mañana, para comprobar que la rubia llevaba razón. Hacía una hora que la jefa debía de estar en las instalaciones para las presentaciones del equipo.

-Sí, algo atrasada está. Quizás el vuelo...- y sin poder terminar la frase ambos sintieron como el motor de un auto se detenía a las afueras de las instalaciones -Ahí está-

Casi como si la hubiera invocado, las puertas de la entrada principal del SNI se abrieron mostrando a la mujer con más fuerza en la mirada que Wesker haya podido conocer en su vida.
Por muchos años que hubieran pasado él recordaba aquellos ojos dorados como la primera vez que los vio

◇♡♧♤

Paris, 2013.

Era el quinto café que se bebía y no eran ni las 5:00 am aún, y por quinta vez comprobaba que esa máquina en vez de café daba pis de rana -Este café debe ser un delito, por dios- reclamó asqueándose y dejando el vaso a un costado.

Luego de tu Mirada... DomiskerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora