El humo del cigarrillo se coló dentro de sus pulmones, para luego salir arrastrando todas las posibles tensiones que tenía dentro.
"Maravilloso vicio", reflexionó Dominique antes de darle otra calada.
Era el segundo cigarrillo que se encendía en la última hora, técnica evasiva para así contener sus nervios ante el futuro encuentro.
Sus ojos dorados escanearon los alrededores en busca de una mínima señal de ya no estar sola. Era demasiado peligroso estar ahí, ella era más que consciente de ello, pero que otra opción tenía.
Cuando la localización llegó a su móvil, intentó buscar otro sitio para la reunión, sin embargo su contrario se había negado de forma contundente.
"Venga sola, no traiga a sus perros" exclamó el hombre antes de colgar la llamada.
Si quisiera matarla, este era el momento idoneo para ello. Lejos de todos, sola en medio de un descampado a las afueras de la ciudad.
De cualquiera de esas alturas un buen tirador podría sellar su vida colocando una bala en su cabeza.
-Basta- se dijo a si misma, evitando sobrepensar los miles de finales que podría tener esa reunión.
El sonido de las gomas de un auto, la hizo girar sobre sus talones, para así ver como desde una de las colinas descendía un deportivo clásico color negro.
Sin apartar la mirada del auto, Dominique tiró lo que quedaba de su cigarrillo al suelo, para apagar la colilla con la punta del tacón de sus botas.
Las puertas del deportivo resonaron en el silencio de la esplanada al abrirse, mostrando a su propietario.
Dominique se vio reflejadas en las gafas de sol que llevaba su acompañante una vez estaban frente a frente.
Hacia un par de años que no veía en persona al castaño, con caras de pocos amigos, que tenía en frente. No desde aquella mañana en las sedes del SNI en Londres, tras su despido.
-Sigues con esa mirada de demonio- murmuró el castaño deshaciéndose de su propio cigarrillo.
-Veo que sigues sabiendo como hablarle a una dama- dijo Dominique incorporándose para quedar a la altura de su contraparte.
-No veo ninguna dama por acá- escupió Tarantino sin abandonar su expresión de desconfianza.
La tensión en el aire se podía cortar con una tijera. Ambos no abandonaban sus posturas, ninguno estaba dispuesto a perder el duelo de miradas que habían iniciado.
Dominique odiaba tener que mantener relaciones con una persona como Bobby Tarantino. Un asesino... un hombre que había traicionado su placa y su honor por venganza. Había traspado esa línea entre el bien y el mal, que era de tan suma importancia para la pelinegra.
-Dejémonos de formalidades, Tarantino. Y dame la información que conseguiste- dijo Dominique con el tono autoritario que siempre la había caracterizado. Sobre todo cuando intercambiaba palabra con este tipo de personas.
Un criminal.
-La costumbre de dar órdenes veo que jamás se te pasará, no?- dijo arqueando una ceja, y mirando por encima de sus gafas a la mujer
Una respiración profunda fue la respuesta de Dipierro ante el intento de provocación del hombre.
-Te recuerdo que ya no eres mi jefa, DiPierro- dijo Tarantino observando como la mandíbula de la mujer se tensaba.
-Y yo te recuerdo que sigues dependiendo de mí- expresó cruzándose de brazos.
-Y tú de mí- refutó el castaño.
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Luego de tu Mirada... Domisker
Hayran KurguA ciegas la siguió hasta el mismo infierno Universo alternativo utilizando las migajas que nos dejó Domisker 🤧♥ (Personajes originales de Cristinini y Synced)