Capítulo 20 "En la guarida del lobo"

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El sonido del claxón rompiendo sus oídos lo hizo despertar. El humo que salía del motor de la camioneta llegaba a sus pulmones apenas permitiéndole respirar.

-¿Qué... cojones...?- murmuró Paul como pudo, cada palabra se sentía como dagas clavándose en su caja torácica.

El dolor punzante sobre su cuello le daban un indicio de lo fuerte que había sido el choque. ¿Pero qué lo había provocado?

De a poco y sintiendo un inmeso dolor en cada hueso de su cuerpo, Wesker se fue reincorporando. Había perdido la conciencia por unos minutos, y al regresar se encontraba con la cabeza contra el timón del auto.
Completamente confundido y atormentado por el claxón que permanecía sonando, seguramente se había averiado por el impacto, el pelinegro se reincorporó en su asiento para comprobar los daños que había a su alrededor.

A unos pocos metros del auto, pudo divisar como la otra camioneta se encontraba volcada, y de una de sus ventanas salía Armiche. Se le veía claramente herido, mientras intentaba arrastrarse fuera del auto con dificultad.
Al verlo regresar y comenzar a arrastrar el cuerpo sin conciencia de Vera, el pelinegro no dudo en salir en su ayuda.

Sintiendo como su cabeza explotaba con cada paso que daba, Wesker se dejó caer al lado de Armiche, y con mucha dificultad lograron sacar a Vera por la ventanilla.

No tenía conciencia, y de su cabeza brotaba demasiada sangre. El joven canario la colocó sobre el asfalto con cuidado de no provocarle más daño.

-Necesita un médico- dijo desesperado ignorando sus propias heridas.

Un ruido en el asiento trasero, los hizo voltear, para comprobar como Padilla recuperaba la conciencia.

-Esto va a doler mañana- murmuró el hombre comprobando como varios cristales de la ventanilla se habían incrustrado en su brazo derecho.

-Padilla- lo llamó Echedey intentando comprobar como estaba.

-Ocúpate de la chica. Yo estoy bien-

Ambos asintieron viendo como el señor regordete se acomodaba de manera que la sangre dejara de brotar.

Habían tenido un accidente, y Wesker estaba seguro de que no era una simple casualidad. Cerró los ojos por unos segundos, intentando recordar lo sucedido más allá de su estado de shock.

Ellos venían conversando, entonces notó cómo Dominique temblaba...

Espera, Dominique...

Sus ojos se abrieron de golpe ante el recuerdo. Dominque venía a su lado en el asiento del copiloto.
Desesperado se puso de pie, y corrió hacia el auto. Le importaban pocos sus heridas, solo quería encontrar a su compañera.

No estaba.

Sus ojos exploraron el lugar, daba vueltas sobre sus pies, caminaba sin sentido el único pensamiento que ocupaba su mente era ella. La necesidad de encontrarla.

-¡¿Dónde está Dominique?!-

No había rastro de ella.

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La oscuridad en la que estaba sumida fue reemplazada por una luz cegadora cuando el saco fue quitado de su rostro. Su cabeza daba vueltas, y el ardor en su cuello le indicaba el motivo.

Los recuerdos vinieron a su mente como si fueran escenas de una película. El choque en la camioneta, al despertar un incosciente Wesker a su lado. Luego aquel sedan negro apareciendo de la nada, y de él saliendo J con un par de secuaces.

La habían drogado y sacado del coche en contra de su voluntad, dejando abandonado al resto de su equipo. Se les veía gravemente heridos.

Un dolor en su caja torácica se hizo presente a medida que la droga se iba de su organismo. Seguramente tenía más de una costilla rota por el impacto.
Sus ojos con dificultad comenzaron a adaptarse al medio, y empezaron a dicernir la imagen que tenía al frente suyo.

Luego de tu Mirada... DomiskerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora