Luego de tu Mirada... Domisker

Capítulo 5 "Caos"

Una canción de esas modernas, que Dominique se negaba ni siquiera saber el nombre del artista, resonaba en toda esa zona de la playa.

Al llegar Wesker pudo a ver a más de una cara conocida de la ciudad bailando y bebiendo de sus tragos en medio de la pista improvisada que habían montado los organizadores.

"Pacha y diviértete", leyó en uno de los carteles, el pelinegro haciéndolo poner los ojos en blanco al comprender el pésimo chiste.

-Humor Marquez- murmuró por lo bajo. Solo a alguien inocente como ella podría causarle gracia ese juego de palabras.

Cuando solo quedaban unos cuantos pasos para llegar al corazón de la fiesta, su compañera detuvo su marcha. Wesker la miró confundido, se encontraba tensa, con sus brazos puestos de forma autoritaria sobre sus caderas, y la vista al frente.

Siguió la dirección hacia donde las dos gemas doradas que llevaba la jefa como ojos se enfocaban, y entonces logró alcanzar a ver el objeto de su atención.

A pocos pasos de ahí, sentada bajo una de las pequeñas sombrillas improvisadas, se encontraba Michelle.

La cabellera de color peculiar se veía con un tono aún más intenso bajo el sol caliente de Marbella, haciendo que practicamente fuera la persona que más resaltara del lugar.

"Quizás hubiera sido mejor idea teñirle el cabello de un color más discreto", analizó Wesker, tocando levemente su propio mentón.

-¿Usted la autorizó?- la voz grave de Dominique se destacó por encima de la música, para llegar a sus oídos.

La mirada grisácea de Wesker viajó entre ambas mujeres, y pensó un segundo en las consecuencias que traería su respuesta.

-Eh... yo si- confesó, y no le hizo falta ver el rostro de Dominique como para saber que le estaba obsequiando una feroz mirada de desaprobación. Ya la conocía lo suficiente como para saber cual sería su reacción - Pero solo si venía con Vera- argumentó

Pudo ver como los hombros de Dipierro se tensaron -Yo no veo a Marquez por ningún sitio-

Un tanto confundido Wesker escaneó el lugar con su mirada, para comprobar, que una vez más, la pelinegra tenía la razón.

¿Dónde estaba Marquez?

No era muy común en ella abandonar una misión asignada, la única explicación posible es que Michelle la hubiera alterado tanto que ni la pobre rubia hubiese podido aguantar un segundo más a su lado.

Cosa que él comprendía demasiado bien, había experimentado en carne propia lo insoportable que podía llegar a ser la pelinaranja cuando se lo proponía.

Aún podía recordar aquel viaje desde Londres, en el que él personalmente la había escoltado. Uff, la peor decisión de su vida. Un simple viaje de 3 horas se había convertido en un infierno para él.

◇♡♤♧

Hace dos meses atrás.

Nunca en su vida había recordado tener un dolor de cabeza como el que estaba sintiendo en esos momentos. La voz de Michelle se clavaba como un taladro en su cabeza, y al parecer no tenía pensado hacer silencio en ningún momento.

Queja tras queja, era casi como estar sentado al lado de un bebé llorón. Y en cierto punto, eso era ella. Una enorme bebé llorona con aires de grandeza.

¿En qué momento se había convertido en esa persona? Pensó Wesker mirándola de reojo.

Ahora estaba teniendo una guerra personal con la pantallita que tenía delante, a la vez que se cagaba en todos los muertos de la azafata que hacía unos minutos había pasado de largo de ella.