A primera noche llamó Taylor a mi puerta para que fuera a la mesa. Me bañé el rostro para ocultar las huellas de las lágrimas, y me mudé los vestidos para disculpar mi tardanza.
No estaba Camila en el comedor, y en vano imaginé que sus ocupaciones la habían hecho demorarse más de lo acostumbrado. Notando mi padre un asiento desocupado, preguntó por ella, y Taylor la disculpó diciendo que desde esa tarde había tenido dolor de cabeza y que dormía ya. Procuré no mostrarme impresionada; y haciendo todo esfuerzo porque la conversación fuera amena, hablé con entusiasmo de todas las mejoras que había encontrado en las fincas que acabábamos de visitar. Pero todo fue inútil: mi padre estaba más fatigado que yo, y se retiró temprano; Taylor y mi madre se levantaron para ir a acostar los niños y ver cómo estaba Camila, lo cual les agradecí, sin que me sorprendiera ya ese mismo sentimiento de gratitud.
Aunque Taylor volvió al comedor, la sobremesa no duró largo tiempo. Chris y Sara, que se habían empeñado en que tomara parte en su juego de naipes, acusaron de soñolientos mis ojos. Aquél había solicitado inútilmente de mi madre permiso para acompañarme al día siguiente a la montaña, por lo cual se retiró descontento.
Meditando en mi cuarto, creí adivinar la causa del sufrimiento de Camila. Recordé la manera cómo yo había salido del salón después de mi llegada y cómo la impresión que me hizo el acento confidencial de ella fue motivo de que le contestara con la falta de tino propia de quien está reprimiendo una emoción. Conociendo ya el origen de su pena, habría dado mil vidas por obtener un perdón suyo; pero la duda vino a agravar la turbación de mi espíritu. Dudé del amor de Camila. ¿Por qué, pensaba yo, se esfuerza mi corazón en creerla sometida a este mismo martirio? Consideréme indigna de poseer tanta belleza, tanta inocencia. Echéme en cara ese orgullo que me había ofuscado hasta el punto de creerme por el objeto de su amor, siendo solamente merecedor de su cariño de hermana. En mi locura pensé con menos terror, casi con placer, en mi próximo viaje.
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Camila
FanfictionEs una adaptación de una novela de Jorge Isaacs llamada María, espero que le gusten.