CAPITULO IX

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El fin de semana paso tan deprisa para Taehyung que cuando se vio en la estación subiendo de nuevo en un tren que esta vez le llevaría de regreso a Busan, no pudo evitar el hacer un exagerado puchero, pues no podía creer lo pronto que se tenia que marchar de casa.

Y es que a pesar de que ya debería de estar mas que acostumbrado, pues ya llevaba en Busan dos años, despedirse de su familia seguía siendo duro y triste. No era nada agradable ver el rostro contenido de su madre mientras le abrazaba por quinta vez, recordandole que no se saltara ni una sola comida y que administrara bien la pequeña nevera portátil que le había llenado de tuppers de comida que le había estado preparando para llevarse o ver el infantil puchero que le dedicaba su hermana mientras le prometía que iba a dar lo máximo de ella para superar ese examen que tanto miedo le daba.

Esta vez su hermano se había empeñado en acompañarle hasta la estación con su padre y el corazón de Taehyung se encogió y se hincho después cuando escucho como su hermano le abrazaba con fuerza, asegurandole que esa semana harían una video llamada para mostrarle el resultado final de su trabajo.

Al menos ahí estaba su padre manteniendo el tipo, mientras esperaba que sus dos hijos se despidieran, para por fin hacerlo él, un simple "cuidate hijo y no dejes de llamar, si necesitas lo que sea" bastaba para que Tae se abrazara a él con todas sus fuerzas y no quisiera marcharse jamas de ese abrazo... como siempre que tenia que volver a Busan.

Evidentemente viajo la mayoría del trayecto con un triste puchero en los labios que solo borro cuando recordó sin mas al día siguiente tenia que volver a casa de Jungkook y cambio el puchero por una gesto de nerviosismo mezclado con cierto rubor.

Por eso, quizás el día siguiente subía las escaleras de la casa del pintor de dos en dos escalones, aprovechando que ya no le acompañaba la señora Jwa, con el corazón latiendo entusiasmado y deseoso por averiguar como iba a encontrar a Jungkook.

Cuando entro en el estudio vio inmediatamente a Jungkook, este vestía un jersey blanco de cuello alto algo manchado de pintura, por fuera de unos pantalones negros de hanbok y estaba frente al cuadro observándolo mientras se mordía una de las esquinas de su labio inferior y en cuanto escucho la puerta ladeo la cabeza para mirar hacia allí, Taehyung creyó que su corazón se salto un latido al volver a verle y desde luego no tenia nada que ver lo guapísimo que estaba con el pelo sin recoger, todo esponjoso, al verle sus grandes ojos se ensancharon un poco y le vio tragar antes de mover la cabeza en una especie de saludo.

-Hola -le dijo Tae cerrando la puerta.

-Ve a cambiarte... -musito Jungkook haciendo que Tae abriera la boca en una pequeña O, pues no esperaba tanta frialdad después de la velada del viernes por lo que todo el entusiasmo con el que había venido casi se evaporo de repente y asintió borrando la gran sonrisa que estaba a punto de salir de sus labios solo por verle de nuevo.

-Si claro -susurro bajando la cabeza y sin mas se dirigió a pasos largos hasta el cuarto de baño, solo cuando estuvo allí con la puerta cerrada es que se permitió hacer un gesto de disgusto.

-Que esperabas tonto? -susurro para después chasquear la lengua empezando a quitarse la ropa, tan desilusionado estaba que ni siquiera se paro a oler el suave aroma de la ropa limpia como solía hacer cada lunes y se vistió rapidamente para salir del baño.

Sin decir nada se dirigió hacia el diván como siempre, mientras observaba como Jungkook ya tenia la paleta en una mano y estaba colocando los colores como hacia siempre.

Taehyung se coloco en el diván como solía hacer y fijo la mirada en uno de los ventanales para ver los arboles respirando hondo.

-Tuviste un buen viaje? -la voz suave de Jungkook le sobresalto ligeramente pues era la primera vez que el pintor le hablaba mientras posaba.

ANGEL FACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora