CAPITULO XVIII

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Tae salio de la ducha enrollándose una toalla alrededor de la cintura, para después coger otra y dejarla caer sobre su cabeza, para frotar sus cabellos húmedos.

Sin frotarlos lo suficiente se dejo la toalla en la cabeza y arranco un poco del papel higiénico para limpiar el vaho que se había generado en el espejo que había sobre el lavabo. Cuando consiguió verse reflejado, continuo con su tarea de frotar el cabello, hasta que considero que ya lo había secado lo suficiente, dejando la toalla sobre la tapa de inodoro bajada, saco del mini armario el secador que tenían Jimin y él para secarse el cabello y lo conecto a la luz, después de encenderlo se dispuso a secarse el pelo enfocando el secador sobre sus mechones húmedos, mientras que con la otra mano los agitaba suavemente.

La ducha le había venido bien para relajarse un poco y sobre todo, relajar sus nervios, pues aunque en un principio pensó que se lo iba a tomar mucho mas tranquilo, el visible nerviosismo de Jungkook de los últimos días, había terminado por contagiarselo a él y ahora era un manojo de nervios, que no tenia nada seguro si era buena idea lo que estaban a punto de hacer, cuando en un principio creyó que era una gran y maravillosa idea.

Y es que de esa cena en el paseo marítimo de Haeundae ya había pasado un mes, treinta días especiales, intensos y perfectos, en los que Jungkook y él empezaron a salir, dándose la oportunidad de ir conociéndose lentamente, como se hacen las cosas, sin prisa.

Como norma silenciosa habían adquirido la costumbre de verse dos veces entre semana, para no trastocar demasiado los quehaceres de Taehyng en la universidad y luego los fines de semana solían pasarlos juntos, casi siempre en la casa de Jungkook, el perfecto refugio para ambos, donde solían dar largos paseos por el montón de senderos que habían por la zona, bajaban a la playa, a veces se acercaban hasta el mirador de Oryukdo Skywalk donde Tae casi corría hasta llegar a la baranda y se quedaba muy quieto observando tan increíble espectáculo y pasaban la mañana en la costa comiendo en alguno de sus restaurantes.

Por supuesto también, se quedaban en casa, sobretodo cuando Taehyung tenia sobre exceso de trabajo y Jungkok le dejaba trabajar con sus libros, su portátil y sus libretas, a veces en la mesa de la cocina mientras el preparaba algo para comer, en el suelo del salón cerca de la chimenea o en la pequeña biblioteca que tenia la casa y que a Tae le encantaba.

Aunque Taehyung lo que mas amaba de esos fin de semana, eran los momentos en que vean alguna serie o película, sentados en el sofá, dándose alguna que te otra caricia sin dejar de mirar la pantalla de la televisión.

El sexo que tenían y de lo que estaba aprendiendo Taehyung sobre ese tema, era otra cuestión mucho mas intima...

En esas semanas Taehyung había descubierto en Jungkook un hombre tímido que se escudaba en una actitud fría, que amaba pasar su tiempo con un lápiz haciendo bocetos de cualquier cosa, incluida él haciendo cualquier cosa, desde algún trabajo de la universidad, como viendo la tele o incluso durmiendo. Jungkook se trasformaba en otra persona cuando estaba dibujando, pues se aislaba del mundo se perdía en el suyo interior. Taehyung entendió que dibujar le daba paz y a la vez le dejaba sacar un montón de creatividad que tenia retenida en su cuerpo y que se le escapaba por los poros de la piel.

En ese mes, Taehyung se dio cuenta de que cada día que pasaba le gustaba mas Jungkook, no solo estaba absolutamente pillado por su magnifico y trabajado cuerpo, si no que se sentía derretir por lo atento y cariñoso que era con él, no perdiendo ninguna oportunidad de recordarle lo hermoso que era o de darle cualquier caricia por muy pequeña que fuese. Taehyung que nunca había tenido una relación así de duradera y de seria, no es necesario decir que se sentía encantado.

Quizás por eso era muy habitual que se quedase embobado mirandole, pues le fascinaba siempre y daba igual que estuviera preparando la comida, como si estaba dibujando y que decir cuando estaba en el pequeño gimnasio que tenia en el sotano, donde se ejercitaba cada día y en el que Taehyung no le importaba perder su tiempo, a cambio de ver al joven pintor ejercitarse con el pecho descubierto y vistiendo unos simples pantalones de algodón, no desde luego que no le importaba ver eso.

ANGEL FACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora