CAPITULO I

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Como el testarudo que Taehyung era, no olvido ese anuncio en varios días, aunque no volvió a hablar de el tema con Jimin.

Y por fin el lunes siguiente cuando salio de su ultima clase del día y sabiendo que Jimin tenia entrenamiento de futbol, es que se decidió a ir a la dirección que ponía en el anuncio y probar suerte, si al final tenia que salir corriendo, siempre tenia la opción de no contarle nada a su amigo...

Mientras se veía reflejado en la ventanilla del metro en el que iba se vio mordisqueando su labio inferior, la verdad es que aunque no había vuelto a sacar el tema del trabajo, tenia un buen presentimiento, ese tipo de palpito que solía tener sobre las cosas y que el creía que eran señales de algún tipo de ser protector que tenia, que Taehyung creía que todos tenían, pero que la mayoría no solía atender, pues bien, él si que lo hacia y algo le decía que no solo tenia que probar suerte, si no que iba a salir bien.

O al menos eso esperaba. Tal vez era un trabajo para alguna campaña de publicidad, de ahí que pidieran lo que pedían en el anuncio, si eso era así, Taehyung estaba convencido de que podía conseguir el puesto, no es que tuviera experiencia, pero a desparpajo no le ganaba nadie, ademas de que ya había posado en un par de ocasiones para alguna que te otra clase de arte, en la que le habían pagado algo de dinero.

Solo esperaba que no tuviera que desnudarse, no por que le avergonzara su cuerpo, bueno quizás tenia algo de barriga, si no por que eso seria algo que muy probablemente no le gustaría a sus padres y si no le gustaba a sus padres, no le merecía la pena, pues uno de sus mayores objetivos en la vida, era que sus progenitores se sintieran muy pero que muy orgullosos de él y de sus logros.

Al pensar en su familia, Taehyung se vio sonreír a través de la ventanilla y es que la sonrisa se le salia sola cuando pensaba en ella, pues era lo mas importante para él, bueno su familia y Jimin por supuesto.

Tae era el mayor de tres hermanos, un chico y una chica y siempre fue la radiante luz que iluminaba la casa, se le podía oír desde cualquier rincón o bien riendo o bien armando ruido, sus hermanos le seguían totalmente deslumbrados y sus padres por mas trastadas que hiciera no dejaron en ningún momento de mirarle con un inmenso amor.

Si Tae se consideraba un afortunado en la vida, pues a pesar de su condición sexual, jamas había sido mirado mal o juzgado por sus seres queridos, quizás a algunos les costo un poco aceptar su condición, como le paso a su hermano, temeroso de que la gente se enterase y se burlaran de él por ser hermano de un gay. El tiempo le hizo comprender que lo que dijera esa gente no debía de importarle cuando su hermano siempre se esforzaba por ser el mejor hermano mayor del mundo cada día.

La marcha a Busan desde Daegu fue todo un drama, pues aun habiendo universidades en la ciudad, cuando también le aceptaron en la Pusan ni se lo pensó dos veces, tanto por el potencial universitario que tenia, como por la oportunidad de pasar como mínimo de cuatro años dependiendo de si mismo y de paso aprendiendo a ser adulto.

Aun así ver la cara de su madre y la de sus hermanos, saber que a penas los iba a poder ver, siendo un agujero en su corazón que el tiempo en Busan no curo, antes de marcharse hizo un montón de promesas que hasta ahora dos años después seguía cumpliendo, mantenía un montón de conversaciones por mensaje tanto con sus padres y hermanos, llamaba cada dos días a su abuelo, el único que le quedaba, volvía a casa cada dos semanas para pasar el fin de semana y solo se lo saltaba si tenia que estudiar para algún examen.

Estaba a mas de 100 km, pero eso no significaba que no se acordaba de su familia, ni que ellos dejaban de preocuparse por él.

No, si en ese trabajo había que mostrar algo de piel, simplemente lo rechazaría.

ANGEL FACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora