Deseo de Alpha

Capítulo 6

Con los tacones en una mano y el vestido recogido en la otra para que no arrastre, por fin Ada parece recordar cómo se respira cuando sus pies pisan el húmedo césped del jardín exterior. Un pequeño patio de vegetación con altas y cuidadas rosaledas.

Había mentido a sus padres y a su Alpha. Pero necesitaba salir cuanto antes, porque ya se empezaba sentir mareada bajo el escrutinio de esa mirada.

La joven cierra los ojos y suspira agotada por las fuertes emociones que se han apoderado de ella en tan solo unos minutos. Trata de conectar con el fresco de la noche y la naturaleza que la rodea para tranquilizarse intentando acallar todas las preguntas que bombardean su mente.

¿Cuál era la probabilidad de que le pasase esto a ella? Verdaderamente, la Diosa Luna quería castigarle por lo que había hecho.

- ¿Acostumbras a salir corriendo siempre?

- ¡Alpha! – Exclama con sobresalto por la repentina aparición del mismo, abriendo los ojos de golpe.

No lo había oído y, por supuesto, tampoco le había olido.

El lobo parece serio, con los brazos cruzados haciéndola sentir más pequeña e intimidada por su presencia. A pesar de que no puede distinguir a un Alpha, debió darse cuenta de la fuerte aura que le rodea. Esa que ahora parece querer asfixiarla.

- Hola de nuevo, Adeline.

La piel de la joven se eriza por la forma en la que ha pronunciado su nombre, y como la mira. No puede evitar hacer una mueca y apartar la mirada.

La brisa hace que el pelo de Adeline se alborote. A él le llega el aroma más fuerte por la corriente y siente como, por primera vez en su vida, su corazón se acelera ante la presencia de alguien.

- Por favor, Alpha. – Sus mejillas se vuelven a tornar rojas avergonzada. – Finjamos que lo del otro día... Yo no me acuerdo de nada. No es excusa, pero estaba borracha y... Yo... Simplemente no pasó.

Enzo frunce el ceño comenzando a enfadarse.

Aquella mujer no hacía más que huir de él. ¿Qué le pasa? ¿Acaso quiere volverlo loco?

Nunca había dedicado tiempo a idealizar el momento en el que encontrara a su pareja. De hecho, se había resignado algunas veces a encontrarla, dándole prioridad a otras cosas como su entrenamiento. Pero jamás había pensado que, de encontrarla, sería rechazado por su mate de esta manera.

Es una falta de respeto, sobre todo hacia alguien como él. ¡Nunca le había pasado a ningún Alpha! Y eso comenzaba a herir su orgullo y colmar su paciencia.

- ¿Qué parte no pasó? ¿Aquella en la que me confesaste que venías a seducirme o en la que probaba a besos todo tu cuerpo?

Angustiada, Ada le hace un gesto para que baje la voz, mirando a su alrededor deseando que nadie los haya escuchado. Para su buena suerte, todos disfrutan de la fiesta dentro de la casa del Alpha.

Recuerda lo descarada y ridícula que fue y ahora se arrepiente. Pero ya es demasiado tarde.

No comprende por qué la ha seguido hasta aquí ni su insistencia por revivir aquello. De hecho, resulta ser mejor para él que la gente no sepa que se ha involucrado con alguien como ella.

- ¿Es que no entiendes? – Adeline se acerca casi gritando en un susurro haciendo que sin querer sus cuerpos acaben más cerca. - Eres el futuro Alpha y yo una...

Adeline ni siquiera se atreve a llamarse a sí misma loba. Enzo no solo es hermosamente inalcanzable, si no que pertenecen a clases sociales completamente distintas.