Creciente

27 4 2
                                    

—Por Dios, ni en el trabajo hago tanto esfuerzo— Dice Diego mientras prácticamente empuja a mi hermano hacia la camioneta de Christian

Yami y Vi rien como tontas porque al parecer también ya les dió el aire.

Christian abre la puerta y mientras Kallel entra con lo poco de conciencia que le queda está noche.

—Espero que no vomité—Digo picando a Christian divertida, él se pasa las manos por el cabello
—Creo que no fue tan buena idea que Kall exteriorice sus emociones—Dice riendo

—Me llevo a estas borrachas ya fue mucho por hoy— dice Diego abrazando a Vi y tomando del brazo a Yami, les sonrió y me acerco a despedirme

—A ver si vamos a tu casa en estos días—Dice Christian despidiéndose de Diego
—Ya estás, sabes que siempre es su casa— y así es, Christian se refiere a la casa de sus papás de Diego dónde siempre nos han recibido como si fuéramos familia, sus padres son un ejemplo de lo que las familias deberían ser.

—Vamos nena, antes de que tú hermano vomité mi camioneta— dice Christian abriéndome la puerta, rio porque se que va a enloquecer si eso pasa.

—Voy a tener que entrar a tu estacionamiento para que pueda subir a Kall— dice conduciendo por una avenida
—No no te preocupes yo lo subiré, si puede caminar— el ríe
—No es que no te crea pero si Kall llega a tropezar te va a hacer puré

Me giro a ver a mi hermano quien está más que dormido.

—Lo hubiéramos echado en la batea mejor, así dormiría a gusto hasta mañana—Digo riendo

...

—Espera, espera— digo riendo mientras busco la llave del departamento, aunque Kall camina por lo menos arrastrando los pies, lleva todo su peso sobre Christian quien a empezado a sudar.

Abro la puerta y enciendo las luces mientras dejo mi bolso en el sofa, Christian me sigue hasta la recamara de Kall.

—Esto me recuerda a un episodio pero con diferente persona— dice dejándolo en la cama mientras se aleja y toma un poco de aire
—Cállate— dijo riendo mientras le quitó los zapatos  a mi hermano

Me levanto y lo observo, de pronto me dan ganas de reír porque Kall parece niño revolcado después de un partido de fútbol.

Busco en su closet una playera limpia.

—Kall siéntate para que te cambie la playera— digo moviendo su brazo
—¿mmmmm?— es todo lo que me da por respuesta

Christian ríe y se acerca

—Lo voy a levantar— dice poniendo una rodilla sobre el colchón y levantando a mi hermano

—Kai pesa un poco— dice buscándome
—Perdón— digo acercándome rápido para quitarle la camisa y cambiarlo

De pronto se me ha hecho raro ver a Christian aquí, en la recamara de mi hermano, en nuestro departamento.

Lo vuelve a dejar en la cama y me pasó la mano por la frente.

—Esto es muy agotador déjame enciendo el aire acondicionado— Christian ríe mientras busco el control de clima

—ay por Dios
—¿Que?— dice él confundido
—Kall tendrá que dormir con ese pantalón vaquero porque se me va a salir un pulmón si trato de cambiarlo
—yo lo cambio Kai
—¿Que? Claro que no
—anda mejor dame un vaso de agua que me estoy deshidratando, mientras yo cambio al bebé Kall— dice riendo
—No como crees mañana me reclamará esto
—al contrario te dará las gracias que no lo dejes dormir sucio
—pero es que— no se que decir porque necesito su ayuda claro pero él no tiene porque hacerlo
—Si te preocupa que vea en boxer a tu hermano creeme que toda la plataforma lo ha visto no solo yo— empiezo a toser de la risa
—¿que te pasa?
—Kai después de algunos años con duchas compartidas uno pierde la vergüenza, tenemos exactamente lo mismo—sigo riendo porque Christian está loco

Desde AltamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora