Matinal

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—¿Te puedo preguntar algo?— aunque me responda que no, lo haré, pero solo es una formalidad
—Dime
—¿Cómo lo haces?— pregunto mientras muevo lentamente mis dedos sobre su pecho
—Vaya, no pensé que quedarías tan impresiónada—dice con tono divertido
—No tonto, no me refiero a eso exactamente— golpeó su pecho, él ríe y se gira completamente sobre mi
—Entonces explícate Kai— dice besando ligeramente mis labios
—me refiero a que...—Me quedo callada porque tal vez no pensé bien que iba a decir, él levanta una ceja
—Olvidalo
—No, dime— dice pasando sus dedos en mi cabello
—Nada es solo que te iba a preguntar ¿como le haces para estar tan tranquilo si mañana embarcas?— miento

El sonríe e inahala una bocanada de aire

—Se acostumbra uno Kai, además no es muy difícil, me gusta estar en alta mar más que en tierra donde no tengo nada

Puffff no pues gracias, pensándolo bien si le hubiera preguntado lo que pensé ¿Cómo le hace para hacer todo esto sin responsabilidad afectiva? Pero ya ví que es porque no tiene sentimientos

—Ya—Es lo único que puedo decir
—En el mar soy alguien Kai— dice mirando mis ojos y el reflejo de las luces que entran por el balcón de esta habitación me deja ver qué hay mucho más de lo que esa frase puede explicar
—Aqui tambien lo eres Christian— el hace un gesto de risa sarcástico
—¿Y que soy?

Mi mente tiene mil respuestas para eso pero no me atrevo a decirlas, porque mi mente también quiere protegerme de todo lo que pueda revelar que no me he enamorado de este hombre porque me quiero convencer de ello, pero si bajo la guardia por mínimo que sea estaré perdida.

—No me digas que estás perdiendo tu narcicismo Lagos— él me sonríe y se acuesta sobre mi pecho, siento sus cabellos en mi barbilla

Respira tan profundo que creo que no soy la única aquí que evita decir todo lo que lleva dentro en realidad.

Está noche a sido espectacular a pesar de que casi la arruinó al principio, estoy un poco confundida entre lo que estamos haciendo y sus consecuencias pero a veces siento que me voy a volver loca porque mi mente lúcida me dice que pare esto pero también que continúe.

—Kai— la voz grave de Christian me saca de mis pensamientos esquizofrenicos

—mmmmm
—¿Me vas a esperar?

Me ha hecho esa pregunta mil veces y las mil veces no tengo idea que significa realmente.

—¿Quieres que me convierta en la loca del muelle de San Blas?— digo divertida para quitarle peso al asunto

—Yo si voy a regresar—Dentengo mi mano en seco, ni siquiera me había dado cuenta que acariciaba su cabello

El levanta la cabeza y se coloca a mi altura

—Si me prometes que me vas a esperar haré todo lo posible por volver—la seguridad en su voz me descoloca
—Tu no crees en las promesas— digo pasando algo por mi garganta
—En las tuyas si

No sé que decir, porque ni siquiera se que es lo que está diciendo en realidad, pero la intensidad de sus ojos es tanta que de pronto todo parece detenerse.

—Kai necesito que me digas si estás dispuesta a esperarme

Asiento ligeramente con la cabeza

—Kai se que no te ofrezco lo que tú quieres pero quiero que sepas que te estoy dando todo lo que soy y tal vez sea estúpido de mi parte pero me gustaría creer que será suficiente

—¿Suficiente para que?— en su  rostro pasan millones de respuestas pero su boca las calla y no estoy segura si prefiero que sea así

—Para que me esperes solo está vez

Desde AltamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora