Maelstrom

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Despierto con un ligero dolor de cabeza, la felicidad siempre tiene un precio y las noches de rumba lo cobran bien.

Me reincorporo y siento el cuerpo de Christian tensarse, tiene los ojos cerrados y el cabello un poco revuelto, ahora noto que tiene una ligera marca en la ceja izquierda, pudo haber sido un pendiente o un puñetazo ambas me parecen las únicas opciones.

Amiga deja de mirarlo así Por Dios

Me levanto del sofá porque lo que necesito es una buena ducha para acomodar mis ideas, entre abro la puerta de la habitación de mi hermano quien ni siquiera se mueve, me acerco solo para asegurarme de que siga respirando, si yo tengo dolor de cabeza no quiero imaginar lo que  él va a sentir cuando despierte.

No sé si ustedes tengan pequeños momentos de paz y felicidad con cosas pequeñas pero definitivamente un baño en lo personal es de lo que más disfruto, más si consideras que ya es muy necesario.

Me permito destensar mi cuerpo en la regadera y disfrutar de los aromas de los shampoo de baño, es domingo así que no se exactamente que vamos a hacer ahora, tal vez Kall quiera dormir y Christian no se si tenga que hacer algo que no me incluya.

Salgo de ducharme y mientras busco que ponerme me preguntó si Christian tal vez necesita espacio para estar solo, desde que llegó a tierra hemos pasado cada día y noche juntos, a excepción de cuando voy a trabajar, aún así el está acostumbrado a ir y venir sin nadie más, tal vez quiera su espacio.

Salgo de mi habitación a la sala y está vacía, me dirijo a la cocina y no hay nadie, tal vez este en el baño... Pero las luces están apagadas.

Vaya... Al parecer si necesitaba tiempo solo.

—no lo vuelvo a hacer— la voz de mi hermano me hace pegar un brinco en mi lugar mientras el se frota los ojos, río y me acerco a él para abrazarlo

—Eres un pésimo borracho Kall— digo dando palmadas en su abdomen
—Pero mira quién habla, la que con unos shot se quería aventar al mar porque era buzo también— dice riendo—¿Y Christian?— me pregunta un poco confundido
—Ya se fue— respondo simplemente porque ni yo sé que hizo solo lo que es obvio, mi hermano entre cierra los ojos  con una mueca
—Bueno voy a darme un baño— dice golpeando mi frente con los dedos

Me acuesto en el sofá y abrazo un cojín, esto es demaciado extraño incluso para mí hermano, no entiendo a Christian pero bueno tal vez solo necesite tiempo a solas, pero siquiera hubiera avisado, que tal y se lo llevaron los omnis y yo dare por hecho que se fue a su casa.

Entre mil pensamientos empiezo a quedarme dormida hasta que empiezan a tocar la puerta principal del departamento.

Me levanto y al ver por la mirilla me descolocó un poco pero abro la puerta.

—Hola preciosa— dice Christian dándome un beso en la mejilla, huele a shampoo de baño y perfume, sus cabellos aun estan un poco húmedos.
—Pasa— digo algo desorientada, creí que ya no iba a regresar al menos por hoy, pero estaba deseando que efectivamente llegara y tocará mi puerta

—Fui a bañarme, antes que Kall que despierte y quiera tomarse toda el agua del puerto—Dice sonriendo
—ya despertó se está bañando
—que bueno ¿A dónde quieres ir a desayunar? Aunque te sugiero que sea donde haya platillos líquidos y picantes, tu hermano nos lo va a agradecer
—apuesto que si—digo sonriendo mientras me acerco a él y lo abrazo por la cintura, no se si se a descolocado o le parezca raro por ahora no me importa en verdad quería abrazarlo, ya reflexionaré después en mis acciones.

Él me abraza y besa mi cabello mientras inhaló su aroma que de mil formas me dice que se me grabará para siempre.

—Se acaban los días—Digo más para mí que para él
—¿Que quieres hacer hoy he?— dice buscando mi rostro, se que me a escuchado pero no a dicho nada al respecto
—Pues justo ahora muero de hambre— escucho los pasos de mi hermano acercarse
—Necesito comer— dice colocándose una gorra
—¿Mariscos está bien?— dice Christian pasando su mano por mi rostro, ahora que mi hermano está muy lucido empiezo a ponerme un poco nerviosa
—Si, no quiero conducir así que si no quieres que lo haga Kai lleva tu auto— dice mi hermano abriendo la puerta
—O podemos ir caminando, mientras sientes el hermoso sol que hay afuera— dice Christian tomandole el pelo

Desde AltamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora