¿Por qué no puedo dejar de verla? Su delicado cuerpo alongándose en posiciones que a la vista parecen muy fáciles de imitar por la fluidez con las que la realiza, lejos está de serlo.
Soy como una maldita adolescente que no es capaz de retirar los ojos del objeto de sus deseos, vuelvo a esconderme detrás del árbol, mi corazón palpita furioso, ¿cómo es posible que una salida a trotar por el bosque que circunda el hotel haya terminado en espiar a Nayeon mientras hace yoga en la terraza? Pero es imposible para mí no hacerlo, es la primera vez que veo bien su torneado cuerpo, sí, desde esa vez antes de su boda con Mingyu no había visto hasta el cansancio su silueta, puedo notar los cambios, a pesar de siempre tener un cuerpo de muerte lenta ahora lo tiene más tonificado, supongo que es gracias al yoga. Son hipnóticos sus movimientos, ¡demonios!
Recuesto mis brazos y cabeza tratando en vano de resistirme, ¿Qué se supone que estoy haciendo? Nunca he sido de espiar a alguien, me desconozco, mi puño golpea fuerte el gran árbol logrando que el dolor calme un poco esta ansiedad que me está consumiendo, es hora de abandonar esta absurda tarea de curiosear su cuerpo, decido salir de mi escondite y caminar hacia el hotel fingiendo serenidad.
—Por lo que veo sigues trotando en las mañanas —La voz de Nayeon me hace detener en seco, temo que me haya visto cuando la observaba, me estremezco ante la idea, sinceramente no estaría preparada para explicarle el porqué.
Coloco mi mano por encima de mis ojos para que los rayos del sol no me deslumbren, Nayeon está sentada sobre los talones con sus brazos arriba y los dedos entrelazados apuntando al techo, empuja el abdomen hacia adentro y hacia fuera, es alucinante verla así, no sé cuánto tiempo quedé sin habla, solo sé que en algún momento parpadee y mis sentidos por fin atendieron mi orden.
—Eh... sí... y tú, ¿desde cuándo andas en la onda yoga? —le contestó desde abajo ladeando la cabeza a un lado a la espera de su respuesta.
—Desde que descubrí que me ayudaba a sobrellevar las cargas de la vida y de paso lograba mantenerme en forma... ¿por qué no subes y te muestro?
Bajo saliva, no sé qué tan buena idea sea estar tan cerca de ella, pero obviando lo que el cerebro me dice a gritos que no haga, es lo opuesto a lo que mi cuerpo desea con desespero tomando el control.
Asiento mientras me dispongo a ir a su encuentro, cuando abro lentamente la puerta del pequeño gimnasio privado mis ojos la escanean, su pantalón de licra negro a la altura de las rodillas, su top rojo y saco de igual color sin cerrar que muestra triunfante su abdomen plano, Nayeon me recibe con una dulce sonrisa en su rostro y su cabello recogido en una coleta que hacia tanto no le veía, desde la época del colegio creo.
—Quítate los zapatos y la chaqueta, por favor... además recógete bien el cabello, quiero que estés cómoda —Me señala despreocupada mientras organiza todo.
—¿Qué? —Pensé que está solo era un oportunidad de verla de cerca, la verdad es que el yoga no es lo mío, me gustan más las actividades físicas que me dejan extenuada y al mismo tiempo bien despierta para enfrentar el día.
—¿No creerás que te invité para que solo vieras? no piensas que eso sería... —Tuerce los labios y sus ojos apuntan arriba buscando la palabra indicada— Un poco extraño, ya sabes... solo observar a alguien practicar yoga —Me termina de hablar en un tono entre acusador y coqueto que logra inquietarme.
—Yo... —Se acerca hasta quedar a tan solo unos pasos de distancia, sus ojos me acechan en búsqueda de una respuesta.
—Ya hazme caso, no te recordaba tan rogada —Termina sentenciando en forma decidida, asiento pesadamente mientras empiezo a desabrochar mi chaqueta negra, al igual que ella mi pantalón deportivo me llega a las rodillas, retiro parsimoniosamente mis zapatos hasta quedar en igualdad de condiciones, sus ojos se clavan inmediatamente en mi vientre, una parte de mí sonríe al saber que todavía le gusta esa parte de mi cuerpo.
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La promesa || 2Yeon +18
Fiksi Penggemar2Yeon> Jeongyeon, en su primer encuentro con el amor, se ve envuelta en un dilema inusual. Su corazón late por su mejor amiga, Nayeon, quien es heterosexual y tiene unas creencias muy diferente a las suyas. Este giro inesperado desafiará sus emocion...