Capítulo 8

17 6 1
                                    

En un destello aparecimos justo delante de la casa. La magia del protector le permitía teletransportarse a donde quisiera. Aún me encontraba un poco mareada por el choque y lo que había sucedido. Mi uniforme era un desastre, tenía cortes en algunas partes y estaba lleno de sangre por todos lados. La herida de mi abdomen ya casi sanaba por completo pero aún estaba desorientada y con los sentidos palpitando en cada nervio, producto al descontrol. Aquello que me atacó era claramente un Six, criaturas abominables y sin mente propia. Fueron exiliadas a las cavernas del bajo mundo fantástico con los cientos de otras especies que no son consideradas bienvenidas ante la sociedad. Para que puedan entender mejor, es como una cárcel para las criaturas más peligrosas y el Six era una de esas razas. Cambia formas, no solo adoptan la apariencia de su víctima también copian sus recuerdos y tipo de magia. No tienen una mente propia por lo cual su único instinto es matar y sobrevivir pero por supuesto tiene que haber un líder. Los Six hace siglos eran una raza numerosa pero al ser exiliados su linaje cayó en decadencia y actualmente solo quedan 6 en el mundo fantástico. Ellos estaban aquí por mí, lo presentía pero porqué motivo, ¿qué los hizo cruzar la barrera entre los mundos? ¿cómo pudieron salir de su encierro y cruzarla? Las cavernas del bajo mundo fantástico son reconocidas por su protección y seguridad. Si una especie entra allí, jamás sale.

Estaba apunto de tocar la puerta pero de repente se abrió, mostrando una chica de rasgos asiáticos con el semblante preocupado. Mika me abrazó enseguida y al soltarme miró mi uniforme y mi estado.

—¿Qué te ha ocurrido?

—Hablemos dentro —las palabras del gato fueron firmes, dando entender que allí no estábamos seguros.

Al entrar Mika corrió a la cocina para traerme un vaso con agua. Aidan miró mi rostro y luego su vista bajo hasta mi abdomen ensangrentado. Su semblante serio se tornó preocupado.

—¿Te encuentras bien? —preguntó mientras se acercaba para comprobar si realmente lo estaba.

—Sí solo fue un rasguño, ya está sanando —me senté en uno de los sillones.

Aidan se detuvo y miró al gato. Él asintió, estaba confirmando que era cierto. Tomé el agua que me había traído Mika, ya todos estábamos sentados en espera de una explicación.

—¿Qué ocurrió? —Aidan preguntó con la mandíbula tensa.

—Fui atacada por un Six —expliqué un poco sobre ellos.

—¡Genial! Mi sueño siempre fue tener un montón de criaturas asesinas correteando por la ciudad —Aidan escupió sarcástico.

Su hermana me miró confundida.

—¿No dijiste que no se podía venir a este mundo a no ser que fueras expulsado de aquel? Cómo cruzaron ellos entonces.

—Nunca dije que había que ser expulsado para cruzar el portal. Pero es un buen punto ¿Cómo cruzaron ellos? El único portal que existe para cruzar a este mundo se encuentra en la Cámara del Tiempo, detrás de la Sala del Infinito donde se ubica el Reloj del Tiempo. Y no se puede entrar a ninguna de las dos salas a no ser que seas un Gardian. O tengas mucha suerte como pasó conmigo. El viaje entre mundos está totalmente prohibido es por eso que el único portal está en esa sala, un lugar inaccesible para cualquier criatura. Es imposible que los Six hayan pasado por ese portal.

—Hay otra forma —el gato habló— Si están aquí es porque se abrió una brecha.

Lo miré atónita, era imposible, tenía que serlo. Si en verdad era cierto entonces había provocado más desastres de los que imaginé. El gato captó mi mirada, entonces Mika se impacientó al ver nuestras expresiones.

—¡¿Alguien dirá que es una brecha?!

El gato se giró hacia ella, Aidan me miraba sin ninguna expresión y su vista se dirigía varias veces a la herida en mi abdomen. Dejó de hacerlo cuando el protector comenzó hablar.

Más Allá del Tiempo [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora