—¡Entonces tú eres la nueva!
Miré a la chica delante de mí, era más o menos de mi estatura, sus ojos color avellana me inspeccionaban con aburrimiento. Su cabello corto rubio le daba un toque amable a su rostro pero sus ojos distinguían una malicia desconocida.
—Esa soy yo —respondí mientras intentaba volver con Mika. La chica caminó a mi lado.
—Quisiera dejarte algunas cosas claras —tomó mi muñeca haciendo que detuviera el paso, cuando captó mi atención me soltó y se cruzó de brazos— Esta es una escuela muy influyente, por lo cual los estudiantes debemos ser igual de perfectos para no dañar la imagen de la institución.
—¿Qué intentas decirme?
La chica colocó su sonrisa más amable y radiante.
—Quiero decir que aquí se cumplen mis reglas, si quieres pasarla bien en IPEB no debes cabrearme. Ni desobedecer ninguna de mis normas. Si necesitas saber lo que no tienes que hacer puedes preguntarle a tu amiga.
Señaló a Mika y me sonrió. ¿Me acaba de amenazar con una sonrisa amable en el rostro? ¿Eso no es cinismo? Cuando iba a responder Mika apareció a nuestro lado.
—Vaya ¿Acaso los niños mimados se ponen de acuerdo para arruinarme el día?
Mika fulminaba a la chica de cabello rubio.
—¿Te refieres a mí con lo de niña mimada? —la chica tenía un semblante serio.
—Yo no veo otra ¿Tú ves alguien más? —respondió sarcástica.
—Sigues siendo igual —la chica sonrió incrédula— Una simple matona incapaz de poseer una pizca de decencia.
Mika arqueó una de sus cejas.
—¿Qué quieres con Thea? —preguntó Mika sin expresión en el rostro.
—Solo pasé a saludar, le di un consejo a Thia.
—Soy Thea no "Thia" —dije sin entender aquella escena.
—Es igual —miró aburrida a Mika y se marchó.
Me senté en el pasto donde antes estábamos sentadas. Mika suspiró.
—No le hagas caso, Sara es la típica popular interesada en el poder y la apariencia. Lo que sea que te haya dicho olvídalo.
Sara, entonces ese era el nombre de la chica. Quería preguntarle a Mika porque se comportaba diferente en casa, en la escuela daba miedo. Tenía curiosidad de saber porque le lanzaban todas esas miradas. Pero no debo preguntar ahora, no es momento ni lugar.
***
{De nuevo en casa}
Pensé al entrar por la puerta, me dirigí a mi habitación para cambiarme de ropa. Tomé una liga de la cómoda para atar mi cabello en un moño. Mientras lo hacía escuché la voz de Mika gritar desde el pasillo.
—¡Saldré a comprar algunas cosas!
Supuse que se lo informaba a su hermano. Pasó algún tiempo, yo jugaba en una tableta rara aquel jueguito de autos que me había gustado tanto. La encontré entre las cosas que estaban tiradas en una esquina de la habitación y al tocar un botón vi el logo del videojuego. Había entendido como jugarlo. Transcurrido un rato me cansé y tiré la tableta a la cama.
{Estoy aburrida}
Miré el techo y empecé a contar las pegatinas de estrellas que habían en él. Me detuve al escuchar una melodía suave, dulce pero melancólica, era hermosa. Me levanté lentamente y comencé a caminar en dirección a la puerta, al abrirla el sonido se oía más fuerte, caminé en dirección al sonido. Y al detenerme en el lugar correcto. Visualicé la puerta de la habitación de Aidan. Nunca había entrado y algo me decía que no debía hacerlo. Pero quería escuchar más de esa melodía, necesitaba saber de qué se trataba. Abrí la puerta lentamente, Aidan estaba de espaldas a mí, sumido bajo los acordes de una melodía suave, auténtica. Sostenía algún tipo de instrumento, Mika me enseñó algunos en la clase de música en la escuela. Pero no sabía que se podían escuchar así. Aidan tenía el pelo revuelto, llevaba unos cascos raros de color negro supongo que anulan el ruido del exterior porque aún no me había notado. Sus dedos se deslizaban por el instrumento provocando cada acorde, cada melodía. Ese sonido era magnífico, simplemente perfecto.
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Más Allá del Tiempo [Libro 1]
FantasyDebes haber oído las frases "Dale tiempo al tiempo" "El tiempo lo resuelve todo" "Verás que con el tiempo todo se arregla" son mentiras que decimos para no enfrentar la realidad, para no aceptar nuestra responsabilidad. El tiempo no resolverá nada...