Quédate conmigo

61 6 10
                                    

Mientras escuchaba a las pocas personas, según mi mamá había invitado porqué realmente era todo lo contrario ya había mucha gente y pude ver a mi mamá recibiendo a la gente y organizando a los meseros a si que aproveche y me escabulle de ella y me fue al jardín esperando que Neji me marcará para poder salir.

Desde el jardín entre las sombras solo podía ver a gente entrar y ninguna cara  conocida. Si no hubiera peleado con Ino le habría dicho de la cena para que al menos me acompañará.

Estaba en mi país pero desde que llegué era como si fuera extranjera, no conocía a nadie y yo no hacía mucho para socializar. Por qué mis años en EEUU me habían cambiado mucho y pensé que para bien porque pensé que era más segura y más decida. No había tenido este problema de sentirme sola pero aquí era diferente la gente era un poco mas cerrada y distante.

Estaba tan concentrada viendo el cielo que la risa de mi hermana me trajo de nuevo a mi realidad y la vi, una caballera roja perfectamente peinada y una  despanpanante figura cubierta con un vestido rojo y de su brazo el hombre más peligroso y bello Sasuke.

Los divise en silencio desde las sobras que la noche otorgaba, habían vuelto de su viaje y se veían felices, su tiempo a solas se notaba que había servido. Parecían tan compactados, tan juntos que nadie diría que esa pareja tenía problemas. Simplemente eran perfectos juntos y verlos así me hacía sentir insignificante toda mi seguridad se había esfumado.

Y la verdad no tenía ganas de ver a la pareja feliz y por primera vez había dejado de sentir culpa para ser remplazo por el sentimiento de la rabia. Rabia con Sasuke por desearme pero ser sínico con Karin y verla como si fuera la única. Rabia con Karin por ser débil y sucumbir a la voluntad de Sasuke y más que todo rabia contra mi por ser una cobarde que no supo luchar desde un principio por lo que quería y convertirme en una mártir que ahora estaba sola.

Estaba harta de contenerme y aguantar todo, hoy les iba enseñar a todos que Sakura Haruno no era un bicho raro de su país y que podía tener al que quisiera que no necesitaba mendigar nada ajeno.

Y como si mi buena suerte hubiera regresado mi teléfono sonó era Neji. Sali los mas rápido que mis zapatos lo permitieron y saludé alegre a Neji. El sin quererlo me iba ayudar a no ser la pobre Sakura.

- Hola - dijo Neji mientras me inspeccionaba descaradamente.

Había escogido un vestido guindo que dejaba al descubierto mi espalda y gran parte de mis piernas al ser corto y mi pelo lo deje suelto simplemente.

Me acerque a Neji decidida y le di un beso en la mejilla y el de inmediato me miró sorprendido.

- Que ....- dije alegre - en EEUU así saludamos a nuestras citas y tú hoy eres la mía - tome más cerca su brazo - y más te vale solo por hoy cuidar de mi.

- Ok...no me quejo Sakura y créeme linda hoy por nada te suelto.

Y me dió un beso en el hombro que al contrario de asustarme solo me dió más seguridad en mi.

Entramos enseguida a mi casa y tan pronto pusimos un pie dentro mis padres se acercaron.

- Oh ....Neji que alegría - dijo mi papá y luego me miró extrañado - Sakura hija por fin te dejas ver.

- Señor y señora Haruno buenas noches - saludo a mis padres. Con un apreton de mano a mi papá y un beso en la mano a mi mamá.

Mi mamá se sonrojo ante tal demostración y no la culpaba Neji era guapo después de todo.

Entramos al salón donde todo estaba preparado  para recibir a sesenta personas fácil. Y Neji de inmediato me guio hacia unas personas.

- Señor Hashirama buenas noches , señora - saludo Neji.

Quédate conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora