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                                  Damian.

Eran las 12:00 de la noche cuando lleve a Lydia de regreso a casa, esa amiga suya no me daba buenas espinas, llegamos a la habitación y la puse en la cama ella me miró un poco rara.

—¿Qué pasa?— Me dijo.

—Nada, solo tengo sueño ven.— Me acerque y estire mis brazos, al poco momento la abrace con fuerza y ella me acaricio el cabello con cuidado.

—¿Cómo te fué? De seguro te peleaste con alguien como es costumbre.— Me dijo con una sonrisa.

—Claro que no mocosa.— Le dije con una sonrisa.

—¿Coquetear con otra mujer?— Me miró seriamente, sabía de los celos que tenía Lydia, sería capaz de perseguir me con un machete.

—Claro que no, soy tuyo en cuerpo y alma.—

De verdad lo era, solo le pertenecía a ella.

—Mas te vale.— Me dijo con desconfianza y me ríe, tome sus manos.

—Lydia te quiero, no de forma sexual osea si pero tampoco de esa manera, aún que me arrepiento de haberte tocado la primera vez , me hubiera gustado conocerte primero.—

Me daba miedo, me daba miedo pensar que ella sufrió y yo no me di cuenta, tal vez abusé de ella y me mente solo me hacía pensar que ella lo disfrutaba, me daba miedo lastimarla, además de que si hablamos de como soy, estoy seguro que soy un enfermo mental.

—¿Por qué dices eso?—

—Por que siento que te hice daño, yo no quería lydia.— Me acerque y puse mi cabeza en su pecho.

Quería estar con ella y que se sintiera segura conmigo, pero es difícil soy un posesivo y agresivo aún que no sería capaz de hacerle daño, pero aquella vez que apreté muy fuerte su muñeca... Soy un idiota por hacer eso.

Si pensaba mejor podría mantenerla feliz conmigo, sin darme cuenta las lágrimas brotaron de mis mejillas hasta los pechos de Lydia. Me sentía como un niño pequeño, los brazos de Lydia se sentía muy cómodos.

Como los cálidos brazos de mi madre.

—No me hiciste daño...— Lydia me acaricio el cabello con cuidado mientras me dejaba estar en su pecho. —Puedes llorar, suéltalo todo, mientras yo esté aquí nada te va a pasar Damián, eres como un niño pequeño, quiero que te sientas seguro.—

—¿Prometes no dejarme?—

—Lo prometo, jamás te dejare sólo, mientras yo esté aquí siempre tendrás a alguien que seque tus lágrimas cada vez que llores.—

Sigui llorando en los brazos de Lydia hasta que escuché como tocaron la puerta, me seque las lágrimas y abrí la puerta, mi ojos se abrieron cuando la vi.

—Jules.—

Dije con la voz recortada, ella no, por favor ella no.

                                ★★★

—Lydia.—

Cuando Damián se quedó callado ante la puerta me acerque y mire a una chica de pelo rojo vino y piel blanca con ojos verdes usando un vestido rojo oscuro largo hasta las piernas, era linda pero no entendí por qué estaba ay.

Me acerque a Damián pero la chica respondió antes que yo y se lanzó a los brazos de Damián llorando, me sorprendió y senti que la sangre se me calentó de celos ¿Quién era ella?

—Damián...— Escuché la voz de la mujer con un chillido mientras abrazaba a Damián, parecía ser muy cercana con él.

Es muy linda, incluso más que yo, tiene unos ojos hermosos y una figura perfecta tal vez tenía unos 22 o 24 años, se veía de esas mujeres hermosas.

Con tan solo verla siento envidia y celos.

—Damián ¿Quien es ella?— Le pregunté y Damián me miró al igual que la mujer.

—Damián ¿Y ella?— Me dijo la mujer.

—Es mi mujer.— Dijo Damián fríamente y se acercó a mi, me rodeo con su mano y me dió un beso suave en la frente.

No podía confiar en él.

—¿Prometida?— La voz de la mujer se cortó y me miró a los ojos con lágrimas.

—Soy Lydia ¿Y tú?— Le dije mientras abrazaba a Damián.

—Jules...—

—¿Qué quieres Jules?— Damián soltó un gruñido.

—Yo, necesito hablar contigo, en privado.— Se acercó y Damián me dió un beso en los labios.

—Vengo en unos minutos.— Se alejo de mi y se fue de la habitación con la mujer, note sus ojos.

Tenía ese brillo en sus ojos, el mismo brillo que yo tengo cuando tengo a Damián.

Me quedé en el cuarto unos minutos pero no quería estar aquí, me puse una camisa blanca y me fuí corriendo hasta la salida de  detrás , me fui hasta las escaleras y corrí hasta llegar a la habitación 707 .

Toque la puerta y luna me abrió, estaba Liam con ella y parecían que estaban haciendo karaoke, mis ojos se llenaron de lágrimas, no pude evitarlo me acerque y la abracé con fuerza.

—¿Qué pasa?— Me dijo asustada y confundida, me tomo de los brazos y me ayudó a entrar.

Me acostó en el sofá y Liam me miró confundido, luna se sentó a mi lado y Liam fue a la mini cocina a buscar algo.

—¿Por qué estás así?— Me dijo preocupada.

—¿Soy linda?— Le dije entre lágrimas y ella me sostuvo en sus brazos.

—si, eres muy linda pero ¿Qué pasa? —

—¿Por qué estás así?— Liam se acercó y me dió un vaso de agua con hielo.

—Damián, llegó una mujer con nosotros y lo abrazo entre lágrimas y ahora están hablando a solas...— Les dije, sentí que era un capricho mío, un berrinche como los que suelo hacer con Damián por todo, soy una idiota... ¿Por qué lo hago? Siempre pasa esto , soy muy caprichosa y nose lo que quiero.

—...— Luna se acerco y me limpio las lágrimas de las mejillas con cuidado.

—Tal vez era una conocida, familia.— Liam se sentó a mi lado.

—No, no lo era, ella lo miraba con amor y brillo en los ojos, como el que yo lo miro a él.

Tenía miedo, no quería llorar mucho pero las lágrimas salían de mis ojos, los brazos de luna se apoyaron en mi cabeza para darme un abrazo, liam se acercó y también me abrazó, me gustó, me gustó el sentimiento de ser abrazada y tener unos brazos a los cual correr cuando te sentías mal.

—¿Por qué piensas eso?— Liam me acaricio el pelo.

—por que ella lo mira como yo lo miro a él.— Dije entre lágrimas.

Ella lo miraba con amor, con ilusión al igual que yo, aún que él no le devolvía la mirada sentía que tenían algo, él me mira con deseó a mi cuando estoy con él, pero no estoy segura, por qué yo siempre lo miro con  anhelo y seguridad hasta sentirme mejor a su lado pero talvez él no, con ese deseo y pasión, una mirada que seguro me inventé yo.

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Lamento no actualizar, aquí está la siguiente parte.

ACOSÓ ENTRE LAS SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora