Capítulo V

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El verano en la mansión Langenberg se iba acabando mientras que William y Tom navegaban por las aguas turbulentas de sus sentimientos. Mientras William intentaba equilibrar su relación con Tom y la presencia de Sally, Tom luchaba internamente con sus emociones encontradas, negándose a reconocer la profundidad de lo que sentía.

Como era costumbre, William invitó a Tom a dar un paseo por los jardines, lejos de las miradas curiosas y las expectativas que pesaban sobre ellos. Caminaron en silencio por senderos sombreados, el aroma de las flores en pleno florecimiento flotando a su alrededor.

—Estoy contento de que estés aquí a mi lado, Tom —dijo William con una sonrisa suave, sus ojos buscando los de Tom con ternura.

Tom asintió, su expresión neutral pero sus ojos brillando con una mezcla de emociones. —No hay nada que agradecer, William...

William se detuvo frente a un estanque tranquilo, su reflejo danzando sobre las aguas serenas. Tom se acercó a su lado, sus hombros rozándose ligeramente.

—¿Cómo te sientes, Tom? —preguntó William, su tono cuidadoso y afectuoso.

Tom suspiró, desviando la mirada. —Confundido, supongo. Todo es... complicado.

William asintió comprensivamente. —Lo sé, Tom. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, pase lo que pase.

Tom asintió lentamente, una sombra de gratitud cruzando su rostro. —Gracias, Will. Eso significa mucho para mí.

Mientras William y Tom exploraban su relación en pasos cautelosos, Sally continuaba adornando su presencia en la mansión. Era una figura encantadora y elegante, con una habilidad natural para encontrar su lugar en la vida de los demás.

Una noche, durante una cena formal en la mansión, William invitó a Sally a sentarse a su lado. Conversaron animadamente, compartiendo risas y anécdotas mientras Tom observaba desde la distancia con una mezcla de resignación y curiosidad.

—William, ¿alguna vez has pensado en viajar por el mundo mágico? —preguntó Sally, sus ojos verdes brillando con emoción contenida.

William sonrió, su expresión radiante bajo la luz de las velas. —Me encantaría viajar, Sally. Hay tanto por descubrir fuera de Hogwarts y la mansión.

Sally rió dulcemente, sus ojos encontrando los de William con complicidad. —Entonces deberíamos hacerlo juntos algún día, ¿no crees?

William asintió, su corazón latiendo con una mezcla de emoción y conflicto interno. La presencia de Sally complicaba cada vez más sus sentimientos hacia Tom, un dilema del que no sabía cómo escapar. Aún así, Sally no significaba nada para William, pues este solamente pensaba en Tom.

Mientras tanto, Tom observaba la interacción desde lejos, su corazón apretándose con una sensación de pérdida que no podía identificar completamente. Sus emociones se entrelazaban en un torbellino de deseo y negación, mientras luchaba por mantenerse alejado de lo que sentía por William. Estaba aferrado a la idea de que sólo lo quería más manipularlo, incluso para su propio placer y ya.

Todo continuaba su curso, marcado por un torbellino de emociones y encuentros significativos entre William, Tom y actualmente Sally. Mientras William intentaba equilibrar sus sentimientos divididos y su lealtad hacia su familia, Tom luchaba internamente con la creciente presencia de Sally y su negación de los sentimientos que albergaba por William.

En una mañana refrescante, William invitó a Tom y Sally a un paseo por el bosque cercano a la mansión. Los árboles altos y frondosos ofrecían sombra y frescura mientras caminaban por senderos sinuosos, las hojas crujientes bajo sus pies.

Desgraciadamente enamorado /Tom Riddle x Male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora