Capítulo I

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Me presento, soy William Langenberg, un chico de la noble Casa Slytherin. Vengo de una familia de sangre pura, aunque, a diferencia de muchos de mi linaje, mi familia poseía una tolerancia hacia aquellos que pertenecían a otras casas o tenían una herencia distinta a diferencia de muchas otras familias. No nos mezclábamos con otras sangres, pero tampoco albergábamos odio hacia ellas. Era una situación bastante neutral, a mi familia nunca le gusto el conflicto. Aunque mejor no se dejen engañar ante aquella pinta de familia perfecta; Mi padre, a pesar de ser un excelente auror, era terrible cumpliendo su obligación en la familia por lo que aún siendo jóven me hice cargo de mi pequeño hermano Innit, quién era 3 años menor que yo.

Innit era el único que se preocupaba por mi y me hacía sentir menos solo. No sé casi nada de mi madre debido a que murió cuando yo era bastante jóven todavía, mi hermano apenas un bebé todavía. Mi familia tenía muchos secretos familiares uno más turbio que otro pero todo dentro de casa, fuera de ella era la perfección pura. Mi padre me decía que Hogwarts sería la mejor etapa de mi vida, pero solamente fue una mentira más de él.

En aquel matadero, conocido como Hogwarts mi vida dio un giro inesperado al encontrarme con Tom Riddle. La primera vez que lo vi parecía un chico tímido, parecía asombrado al ver la belleza del lugar y se veía que era nuevo en este mundo de la magia. Reconocía cuando alguien era impuro de sangre, es por eso que me acerque al pobre chico para explicarle sobre todo el mundo mágico pero note algo raro cuando se centró más en lo de la pureza de sangre. Sin sospechar nada yo le seguía explicando todo con lujo de detalle.

Sin pensarlo mucho y siendo tan jóvenes a la vez me perdí en su hermosa mirada. Esos bellos ojos azules como la profundidad del mar fueron lo más hermoso que vi en este mundo. Ambos compartíamos algo, una conexión inexplicable que desafiaba las etiquetas de sangre e incluso de lo que el mundo veía normal. En nuestro círculo íntimo, las apariencias no importaban. Tom tenía un aura magnética, una personalidad carismática que atraía a otros como abejas al néctar. Sin embargo, a medida que me adentraba en su mundo, comencé a ver destellos de la oscuridad que lo consumía. Sabiendo eso aún así me arriesgue a seguir sus pasos.

¿Cómo podría describirlo? Tom Riddle era un enigma envuelto en misterio, un chico con ambiciones insaciables y un magnetismo que no podía ignorar. Pero también era mi mejor amigo, alguien por quien estaba dispuesto a darlo todo. Desarrolle sentimientos por él más allá de la amistad y admiración, me empecé a enamorar profundamente de él sabiendo que él no sentiría lo mismo. Era demasiado tarde para disimular mi amor por él, el lo sabía y usaría eso a su poder...

A medida que caía más y más en las redes de Tom, mis sentimientos hacia él intensificaban, atrapándome en mi propia mente dónde no dejaba de pensar en cosas prohibidas. Sabía que mi amor por él era un viaje sin retorno, una senda peligrosa que solo podía terminar en dolor y desesperación. La oscuridad que consumía a Tom parecía fascinarme, atraerme hacia él de una manera tan magnética y perversa que no podía apartarme. Eso provoco que la oscuridad también me consumiera.

Los secretos de Tom y su búsqueda de poder se entrelazaron con mi inquebrantable lealtad hacía él. Especialmente esa noche cuándo nos metimos en el bosque prohibido a escondidas para observar la hermosa noche estrellada, recuerdo perfectamente el momento. Su mano entrelazada con la mía mirando la belleza de la noche pero para mí la única belleza en ese lugar era él

La conversación se tornó algo turbia en cuanto Tom comenzo a platicarle a William sobre su plan para hacer una causa supremacista

— Estuve pensando... Quiero hacer algo exclusivamente para los sangre pura — Comenzó a hablar para explicar su plan pero espero algún comentario primero.

— Eres mestizo, Tommy ¿Por qué solamente ellos? — Le pregunte algo confundido ante la idea de Tom, pero mi mente solamente observaba cada rasgo de él que me encantaba.

Había notado el particular interés a los de sangre pura y lo obsesionado que estaba en hacerle creer a la mayoría de ser sangre pura pues varias veces me pidió ayuda en eso. No sospeche nada malo de eso pues sabía lo cruel que podría ser el mundo con la gente que no compartía ideales ni la sangre

— No deben saberlo... De igual manera siempre hay excepciones ¿No? — Dio finalizada esa parte mirando al mayor quien seguía mirándose confundido por lo que debía persuadirlo para que aceptara el plan y lo ayude

— Quiero hacerlo a tu lado. Sin ti no podría hacer nada, siempre serás mi fuente de inspiración, Will... Te necesito.

Esas fueron las palabras que necesitaba para que lo ayudará a diseñar un plan más profesional sobre cómo sería aquella asociación. Pero no sólo necesitaba esas palabras bonitas para que aceptara y Tom lo sabía necesitaba asegurarse de que no lo traicione y sea totalmente leal a él. Se subió en su regazo para recostarse en mi como si fuera un niño pequeño con miedo a perder su juguete pero para Tom yo realmente era su juguete

Mis mejillas se pusieron de un tierno color rosado ante su suave toque. Lo acerqué más mi sin querer soltarlo nunca, en ese momento supe que él siempre sería mi protegido, mi amado. Tom se dejó con tal de tenerme de su lado porque una cosa tenía razón, necesitaba de mi para cumplir su plan y cualquier otra cosa que Tom quisiera, sabía perfectamente que no habría otro imbécil dispuesto a entregar todo por él en un abrir y cerrar de ojos por lo que debía aprovechar hasta la más mínima cosa de mi estupidez.

Algo en mi sentía que podría cambiarlo, realmente creía que podría enamorarlo y estar a su lado. Estaba decidido a enamorarlo, era el amor de mi vida, quería estar con él sea como sea...

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Desgraciadamente enamorado /Tom Riddle x Male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora