Capítulo IX

52 3 0
                                    

La siguiente semana en Hogwarts transcurrió con una atmósfera densa y sofocante en la vida de William. Apenas se atrevía a mirar a Tom a los ojos, y Sally, sin saber nada de lo que había pasado, seguía insistiendo en acercarse a su prometido. Pero Tom no se quedó de brazos cruzados, y cada vez que veía a Sally con William, sus celos se convertían en un fuego que lo consumía desde dentro.

Un día, después de las clases, Tom interceptó a William en uno de los pasillos menos transitados del castillo. William, con la mirada cansada y el cuerpo aún adolorido por los eventos recientes, intentó esquivarlo por miedo, pero Tom fue más rápido y lo arrinconó contra la pared.

—William, tenemos que hablar —dijo Tom, su voz baja y controlada, pero con una intensidad que no podía ocultar.

William asintió débilmente, incapaz de encontrar las palabras. Lo siguió en silencio hasta un aula vacía, lejos de los ojos curiosos de sus compañeros.

—No quiero que te acerques a Sally —comenzó Tom sin rodeos, su mirada fija en William. —Ella es una distracción, y no puedo permitir que interfiera en lo que tenemos.

William lo miró con incredulidad. —¿Qué es lo que tenemos, Tom? Después de lo que me hiciste...

Tom lo interrumpió, acercándose peligrosamente. —Lo que hice fue necesario, William. Necesitas entender que eres mío. Solo mío.

William sintió un escalofrío recorrerle la espalda. —Eso no fue amor, Tom. Fue una violación. Me hiciste daño...

Tom lo miró fijamente, sus ojos fríos y calculadores. —Tal vez lo veas así ahora, pero lo hice por nosotros. Para que entiendas que nadie más puede tenerte.

William sintió que las lágrimas amenazaban con desbordarse. Se sentía destrozado y patético...

Tom suavizó su expresión y se acercó más, acariciando el rostro de William con una ternura que parecía fuera de lugar. —William, te necesito a mi lado. Haré lo que sea para mantenerte conmigo.

William cerró los ojos, sintiéndose atrapado entre el miedo y el deseo de ser amado. —No puedo seguir huyendo de Sally. Ella es mi prometida, y tengo que cumplir con mi familia como me ordenaron...

Tom apretó los dientes, luchando por mantener la calma. —Déjame encargarme de Sally. Tú solo preocúpate de estar conmigo.

Los días siguientes, Tom siguió saboteando cualquier intento de William y Sally de pasar tiempo juntos. En cada ocasión, encontraba la manera de intervenir, ya fuera interrumpiendo sus conversaciones o inventando excusas para apartar a William.

Una noche cuando William estaba llorando en su habitación. Tom había entrado en silencio y observó la escena que se desarrollaba ante sus ojos de manera gratificante.

Tom lo abrazó con fuerza, susurrando en su oído. —Déjame encargarme de todo, William. Solo quiero que seas feliz, conmigo...

William asintió débilmente, sintiendo el peso de su situación aplastarlo. Sabía que cualquier decisión que tomara tendría consecuencias, pero en ese momento, lo único que podía hacer era dejarse llevar por las palabras de Tom, esperando encontrar una solución en medio del caos que se había convertido su vida.

La relación entre William y Tom se transformaba cada día más en algo oscuro. William, emocionalmente agotado y mentalmente quebrantado, encontraba cada vez más difícil resistirse al dominio de Tom. La manipulación constante y el control absoluto que Tom ejercía sobre él lo sumían en una dependencia que rayaba en la sumisión total.

Todos los días en Hogwarts, William evitaba a Sally tanto como podía, temiendo no solo los celos de Tom, sino también la creciente sensación de traición que sentía hacia ella. Tom, por su parte, intensificaba su control sobre William, asegurándose de que cada momento libre que tenía fuera dedicado exclusivamente a él.

Desgraciadamente enamorado /Tom Riddle x Male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora