Cómo había dicho la princesa Madoow; el príncipe del Inframundo había dado con su paradero sin esfuerzo alguno. Llegó como si nada al castillo Darkligth, en donde regaño a la menor y le corrigió varios hechizos.
La menor se había dado cuenta que el príncipe parecía enojado por algo, pero sinceramente no le importaba lo que pasará en la vida de el, por lo que; ignoro su mal humor y se dedicó a ignorar todo lo que salía de la boca del príncipe.
— ¿Cómo es que no has mejorado desde la última vez que nos vimos? — critico el principe.
— Probablemente porque mi maestro desapareció, es muy malo siendo maestro — dijo en idioma Darkligth para que el principe del Inframundo no le entendiera.
— Soy un principe, entiendo todos los idiomas — hablo con una mirada sería puesta en la menor — Busca otra manera de quejarte de mis clases. —
Con el pasar de los años, su entrenamiento se volvió mas duró, tal parecía que el principe no tenía una visión realista de lo que podía aguantar un ser vivo. La hacía pelear con parkas, monstruos el doble de grande que ella, ejércitos de asesinos y contra el mismo. No la dejaba descansar a menos que se desmayara del cansancio, su mamá Wendy intervino varias veces, pero el de pelo plateado parecía creer que ella no necesitaba descansar o dormir bien. Afortunadamente logro que le dieran dos días libres a la semana cuando mejoro notablemente.
Otra cosa que había cambiado en su vida era su nueva amiga, la princesa Darkligth iba todos los días a buscarla en los cuartos de servicio. En algunas ocasiones se la encontraba cuando regresaba de su entrenamiento, en otras (muy seguidas ocasiones) algún empleado más le daba el recado. Hasta que los recados y las visitas dejaron de llegar tan seguido; no le importo porque estaba enfocada en que su maestro dejara de pensar que era una clase de robot.
Pero se enteró después del motivo. Fui un día de verano, ese día no tenía entrenamiento con el monstruo de su maestro, así que se dedicó a tomar flores del invernadero del castillo. Se tomó su tiempo para escoger las mejores flores medicinales, se dedicaría a estudiarlas y ayudar a su mamá a hacer medicina. Tomaba su camino habitual hacia el castillo cuando lo escucho.
— Mina, felices dieciséis años — era la voz de un chico.
La princesa Madoow volteo a ver al dueño de aquella voz, inclino levemente la cabeza cuando lo miro. El chico no era tan alto, tenía características comunes de un Darkligth y un overol rojo rubí característico de los jardineros, pero había un problema; ella no reconoció al chico. Vio al joven entregarle una caja de terciopelo, la princesa sonrió Pero todo fue interrumpido por el principe mayor Darkligth.
Liz frunció el ceño al ver al hombre de estatura promedio Darkligth. Odiaba a ese tipo. Ella y el heredero a la corona Darkligth no habían tenido más de dos encuentros, pero en ambos la había inculpado de romper algunos retratos. La Reina Solar la tacho de inútil, ahora tenía prohibido el ingreso al castillo, lo que le pareció genial, limpiar no era su pasatiempo.
— ¡Ya voy hermano! — el gritó de la princesa la regreso a la escena frente a ella.
La escena dejo de interesarle cuando el Darkligth mayor abrió la boca, pero aquel empleado le intrigaba. Sin Pensarlo demasiado lo siguió Pero ya no logro encontrarlo.
— Seguro solo es un trabajador de medio tiempo — se dijo a sí misma cuando regresó a su ruta rumbo al castillo. — Tiene agallas para meterse con la princesa —
Sin darle más importancia Liz comenzó con su investigación sobre platas medicinales, su mamá Wendy le había proporcionado un libro de ellas, pero lo que estuviera ahí no limitaba a las plantas. Ella estaba segura de que podría hacer más, eso lo probaría con hechos e investigaciones. En una parte quedó atorada, no sabía cómo combinar la flor de aliento de dragón con la flor del sol. Y no estaba dispuesta a esperar a que su mamá Wendy se dignara a aparecer, por lo que fue en su búsqueda.
La encontré parada cerca de la puerta del gran salón de trono, la mayor me tenía su mirada fija hacia dentro de la sala. Cuanto más se acerca, más fuertes y entendibles eran los gritos, la adolescente rodó los ojos. ¿Acaso esa familia no podía pasar un día sin gritar?
— ¡¿Por qué lo rompiste?! — se escuchaba gritar a la Reina seguido de un golpe — tu hermano dijo que fue por coraje, ¿¡que te da derecho de siquiera tocar mis cosas!? —
Bien, eso no era de su incumbencia. Sin embargo, parecía ser tema de interés para su mamá. Intentó llamar su atención pero solo le dijo, "En un segundo estoy contigo" para después ser llamada por la Reina Solar. Resignada volvió a la pequeña habitación que le había asignado a su mamá Wendy para trabajar. Sin embargo, no estaba vacía como de costumbre.
— ¿Disfrutando tu día libre? — el principe del Inframundo estaba parado justo frente a la mesa con sus plantas en el centro de la habitación. — No pensé que jugaras a la comidita con pasto. —
— ¿Por qué estás aquí? — hablo fastidiada la chica. — ¿Torturarme toda la semana no es suficiente? —
— De hecho vengo por otra cosa — hablo el chico en un tono serio — Ya no te daré clases —
La pelinegra abrió los ojos visiblemente sorprendida ante eso, no pensó que su maestro dejaría de enseñarle.
— ¿Cuál es el motivo por el que te rinde? — pregunto en un tono burlón. — ¿Fui demasiado para ti? —
— Si, eso fue lo que pasó — la chica borro la sonrisa burlona que se formó en su rostro y puso su semblante serio — tu me detrahes et hoc malum — susurro el principe.
— ¿Me estás maldiciendo? — la menor retrocedió un paso y se maldijo mentalmente por no aprender el idioma del inframundo. — Es ilegal lanzar maldiciones a un miembro de la realeza de otro Reino —
— No es nada malo — aseguro el principe, para después golpear el suelo con su hoz y ser tragado por el suelo.
— Estoy segura de que me insulto — hablo la princesa en un susurro. — Seguro solo estaba enojado, mañana vuelve — se dijo a sí misma antes de retomar su investigación.
Pero lo que dijo se cumplió, el Príncipe del Inframundo no volvió. Y su mamá Wendy no le había tomado importancia a eso, de hecho; la había alentado a que siguiera investigando y creando nuevas medicinas. Con el pasar de los meses, el principe fue pasando a segundo plano, estaba ,muy ocupada investigando y creando, había descubierto que eso era lo que la apasionaba.
Por primera vez en su vida, pensó que estaba bien que no fuera la heredera al Reino y su hermana Melody deba lidiar con eso. La especialidad de Elizabeth Madoow eran las investigaciones.
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Orgullo del Inframundo
FantasyVeron es el rey del inframundo conocido por ser cruel y despiadado con todos, sin tener compasión por las almas que llegan pidiendo una segunda oportunidad, pero que pasaria si el es el que roga por una segunda oportunidad? Elizabeth es la segunda h...