Capitulo 4

3 0 0
                                    

Los Madoow no necesitaban armas para atacar, eran seres que cazaban por la noche, se esconden en las sombras y la oscuridad esperando el momento indicado. Cuando me uno menos se lo espera ya está muerto; también pueden crear pesadillas sin importar que la persona esté dormida o despierta lo que facilita su tarea de desmembrar a alguien sin que se defienda.

Verón le había explicado todo eso a la menor tan solo unas horas antes de dejarla infiltrarse en el bosque sola, aquel bosque estaba pegado a una aldea Darkligth. Los campesinos muchas, veces se perdieron ahí o eran atacados por dragones, ¿Cuál era la idea de Verón? Que ella cazara su propia comida.

La menor caminaba con miedo por el bosque, su magia le permitía ver en la oscuridad Pero era la primera vez que estaba sola sin su Nana en algún lugar lejos de su casa. Momentos después la menor se abrazo a un árbol y se negó a seguir avanzando, en ese bosque habitaba un dragón y ella no quería tener el placer de conocerlo. Todo ese entrenamiento le parecía inútil, ese chico no podía saber más de los Madoow que ella misma.

Decidida a regresar a su casa, se soltó del árbol y se dió la media vuelta Pero un sonido la detuvo. Era el sonido de las hojas siendo pisadas con mucho cuidado, la menor se volteo a comprobar que no fuera el dragón y se alivio al ver un hombre. Parecía ser un campesino de la aldea cercana, parecía pedido y por aquel delicioso aroma en el aire, estaba herido. De pronto una idea apareció en la mente de la menor, la idea de golpear al hombre y devorar cada parte de su cuerpo.

— No puedes hacer eso Elizabeth, va en contra de tu ética de enfermera — se regaño la menor mientras golpeaba el tronco del árbol — Saca esa idea de tu mente —

— ¿Por qué? — aquella voz irritante de su maestro la hizo voltear a verlo, el joven había aparecido detrás de ella y parecía aburrido.

— No puedo hacer eso, si lo curó el puede vivir más —

— Su nombre es Derek Darkligth, tiene 26 años y morirá en una hora por el ataque de un zorro de fuego — la menor volteo a ver al principe preocupada — el está por morir, no hay mucho que hacer por el — el joven se agachó a la altura de la menor — ¿No sería mejor que tú acabarás con su vida rápidamente? — susurro cerca de ella.

— Eso no sería correcto —

—¿No es tu deber como enfermera evitar que sufra el pobre hombre?  — infinito.

— Supongo......—

De pronto la menor se volvió una sombra, aquella que se escondió en la sombra de los árboles. El hombre caminaba con dificultad debido a su pierna lastimada, por lo que decidió descansar en el tronco de un árbol en lo que pasaba el dolor. Sabía que no sobreviviría a la noche y solo hubiera querido despedirse de sus pequeños, un sonido saco de sus pensamientos al hombres Pero debido a que era de noche su vista estaba limitada. Un sonido de como si alguien se deslizara se escuchaba más cerca, cuando deparo en que en sonido venía de arriba de el ya era demasiado tarde.

Un movimiento fue suficiente para acabar con la vida de ese hombre, rápido, sin sufrimiento y sin testigos. "Digno de un Madoow" pensó el principe. La pequeña pelinegra saltaba emocionada por haber cazado a su primera presa, para esas magias que la menor estuviera con su ropa llena de sangre o que saltará en un charco de sangre era como ver a un niño Darkligth saltar en las hojas secas.

— Muy bien pequeña Madoow — el mayor froto su cabeza al modo de felicitación — puedes comer tu postre —

La menor tomo una pierna de hombre con una sonrisa, con esfuerzo lo arrastro hasta la cabaña en donde vivía con su mamá Wendy, ahí como si de una naranja se tratara comenzó a separar las extremidades del tronco del cuerpo. La menor se salpicaba de sangre y saboreaba la que saltaba en la comisura de sus labios.

Ambos no eran conscientes de que eran observados, a las orillas del bosque y del campo de fuerza que había creado Wendy, una niña observaba como su hermana menor desmembraba un cuerpo con mucha facilidad. Aquella tarea aún le resultaba perturbadora a ella y eso que era la heredera Madoow, pero su hermana ya incluso cazaba lo que no era normal para alguien de su edad. Su madre tenía razón, si no se ponían a estudiar, Elizabeth la reemplazaría como heredera.

— Intenta asustarme — la menor escuchó como ese chico hablaba con su hermana menor.

Elizabeth había hecho lo mismo que el primer día que se conocieron, había usado su sombra como si fueran tentáculos para elevarse, con sus ojos blancos y sus dientes afilados que se mostraban cuando la menor sonrie. El principe sonrió con orgullo cuando un fuerte rugido monstruoso salió de la garganta de la princesa menor.

La niña que miraba desde la distancia sintió como su piel se erizaba al escuchar tan rugido, el ver como aquellas sombras se movían como si tuvieran vida propia daba miedo. Elizabeth era una princesa de sombras en toda la palabra.

— Eres menos patético que el día que te conocí Pero te falta mucho por aprender Elizabeth —

La pelinegra volvió a la normalidad y sonrió más ampliamente, ,claro que en cuanto termino sus clases la menor corrió por su bola de pelos. No entendía como es que ese gato gordo seguía vivo.

— ¿No piensas comerlo? — pregunto curioso Verón.

— Tu no sabes nada de él, Shadoow es un gato de las sombras — al ver que el mayor no entendía. Elizabeth bajo a su gato.

El felino se estiró con toda tranquilidad, después se dirigió hacia el cuerpo desmembrado y comenzó a comer con toda la tranquilidad del universo. La menor se acerco a acariciar a su mascota mientras está comía.

— Son felinos especialistas en cazar personas y encontrar cuerpos — explicó la menor, fue cuando entendió el porque no se lo había comido — Mamá Wendy me lo regaló en mi cumpleaños seis, el me trae sus presas —

— ¿Dónde va a encontrar personas muertas? —

— En el bosque — contestó la menor como si fuera obvio — el dragón no es el único que mata en ese bosque —

Verón estaba visiblemente sorprendido por la nueva información, aquella princesa solo se hacía indefensa. Era más astuta de lo que Wendy pensaba, era una digna princesa del Madoow. No. Era demasiado buena para eso, ella estaba lista para ser la monarca de su Reino.

— Parece que la diversión apenas empieza —

Orgullo del InframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora