Capitulo 8

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¿Cuándo empezó su mente a estar mal? Probablemente fue cuando acepto ser el maestro de esa mocosa de los Madoow, o tal vez cuando sonrió al verla cazar personas por si misma, o que le haya parecido tierno el como corria cada vez que lo miraba. Al principio pensó que se había vuelto loco, el próximo Rey del inframundo no podía andar jugando al niñero.

— ¿Será que le agarro cariño a la pequeña? — dijo su asistente un día cuando supervisaban los castigos de las almas. — Debe haber una razón para que usted, siga yendo a enseñarle —

— Te lo dije Joy, me lo pidió una destino — contestó sin importancia mientras miraba su espejo.

— Estoy seguro que debe haber algo más — hablo en voz baja la parka.

Claro que el no sentía nada por esa niña, aunque en su mundo la edad no importaba puesto que podían vivir por Miles de años. Pero simplemente no podía sentir algo por una Madoow, era verdad que tenían casi un antepasado en común, Pero eran magias que creian en diferentes cosas, nada en ellos se parecía a esos caníbales de los Madoow. La gran diferencia estaba en que los Madoow si podían tener hijos, y ellos no.

— ¿Cuando es el próximo mensislor? — pregunto a su asistente.

— En dos días, ¿Quiere que le busque una mujer para pasarlo? ¿O necesita algo más? —

— Quiero que busques como romper esa maldición Unigher — dijo en tono tosco. — Pero como no puedes, entonces no necesito nada —

Joy está acostumbrado al humor de su futuro Rey, pues lo conoce desde que era un niño y se le encargó su cuidado y crianza. Simplemente ignoró el comentario y en su espejo portatil busco a alguna mujer para que pudiera pasar esos días tranquilo. Aunque admitía que en algunas ocasiones la actitud de su principe era insoportable.

Esos días destinados a la maldición fueron una tortura, Verón tenía ganas de haber conocido al Rey Unigher y cortarle la cabeza antes de que pudiera lanzarles una maldición. Era humillante, todas las Parkas odiaban esos días, algunos incluso llegaban a dejarse inconscientes para evitar pasar esos días. Ya pasados los días, decidió centrarse más en su trabajo.

— ¿Hoy no va con la niña Madoow? — su asistente le entregaba su traje. — Ayer tampoco fue —

— Deje de ser su maestro, un ser poderoso como yo no debería seguir humillándose de tal manera — hablo mientras se colocaba la camisa. — Así que deje de hacerlo —

— ¿No será que está huyendo de lo que siente? —

— Joy, ¿Te pago para interrogarme? — Verón lo miro con el ceño fruncido.

— Usted no me paga, de hecho no me pagan cumplo un condena —

Veron se le quedó viendo a su asistente, en ocasiones olvidaba que Joy no era una Parka nacida en el inframundo. Era un alma que cumplía una condena por asesinato, destripamiento, secuestro y tortura. El alma servía a la familia real desde que su abuelo gobernaba en el Inframundo.

— Deberíamos pagarte, haces mucho — razonó el príncipe.

Con el tiempo la princesa Madoow fue desapareciendo de su mente, el dejar de verla fue un factor importante para que el principe del inframundo dejará de tener esos pensamientos. Fue obligado por sus padres a dejar el Inframundo para ir a una institución educativa en el mundo Moonwithe, a la única escuela que preparaba reyes, Pero solo era para que socializará más. Lo cual no funcionó, odiaba a todos y todos le tenían miedo; además de que era demasiado mayor para perder el tiempo jugando a la escuela.

— Entonces matarás a alguien si te mira? — cuestión alguien a su lado — No pareces nadie intimidante —

El heredero al inframundo levantó lentamente su mirada hacia el dueño de esa voz. Un chico pelirrojo, con un traje que parecía hecho a mano en color rojo con dorado, piel ligeramente bronceada, mandíbula marcada y ojos grises, su corona dorada indicaba que el chico con rangos comunes Darkligth; era de linaje real. Bajo la mirada con poco interés de lo que suponía era un principe le pudiera decir.

— Entonces piensas ignorame — hablo informalmente en un débil Gumort, el cual es el idioma oficial del inframundo. — Te vas a arrepentir después de esto —

— ¿Te pregunté acaso? — el principe dijo con sarcasmo antes de dirigir su mirada hacia el — lo que me lleva a mi segunda pregunta, ¿Quién eres? —

— James Darkligth — el chico estiró su mano a forma de saludo — Futuro Rey del universo —

— ¿Así? Yo también, ahora largo de mi vista — dijo con tono molestó.

— Entiendo que eres difícil, Pero yo pienso tener un Unigher. Podríamos formar una alianza desde ahora — ofreció el pelirrojo.

— A menos que pienses en casarte, o embarazar al único hijo de los Starligth. Entonces felicidades, Pero yo no comparto los mismos gustos que tú — soltó con sarcasmo antes de sostener su bandeja de comida y alejarse de el.

Aquel supuesto príncipe o Darkligth con problemas mentales, el había quitado el niño apetito que le daba de vez en cuando, o cuando solo quería perder el tiempo en la cafetería de la institución. Lanzó la bandeja con ira sin importale si daba en el lugar correcto, lo cuál paso. No dió en el lugar correcto, ni en un lugar.

— ¡Maldito infeliz! — escuchó a alguna Madoow decir. Conocía perfectamente el idioma. — Parece que alguien quiere morir el día de hoy —

Bueno, si fue él no le importo. Simplemente siguió su camino hacia su supuesta clase de historia; eso hasta que sintió como alguien jalaba de su brazo y lo jalaba con una fuerza brutal. Si hubiera sido cualquier otra magia su brazo ya estaría suelto. Sin Pensarlo safo su brazo y lanzó a quien sea lejos de el.

— ¡Eres un bruto! — escuchó a lo que parecía ser una mujer quejarse.

Verón rueda los ojos y volteo a ver a quien sea que se estuviera quejando de el. Fue recibido por unos ojos negros, un cabello negro largo recogido en una media coleta, portando un vestido negro con vistas en color rojo. De cierta manera su cara se le hacia conocida de algún lado. La chica alzó la mirada frunciendo el gesto, pero casi de inmediato su ceño paso a ser uno sorprendido.

— ¿Verón Mortem? — el de pelo plateado frunció el ceño confundido por la familiaridad en la que decía su nombre — no puede ser, ¿No has podido acabar la escuela? Debe ser humillante a tu edad — la chica rio.

— ¿Acaso nos conocemos? — cuestión molestó. El tono de burla que usaba la chica lo molestaba mucho.

— Debe ser cierto que entre más edad, la memoria va fallando — la chica de cruzó de brazos y sonrio de lado — Liz Madoow, hija de Wendy — obvio la chica.

¿Conocía una Wendy? Trato de hacer memoria sobre aquel nombre, debió ser hace demasiado tiempo, por otro lado; esa cara delgada, labios gruesos y piel palida le recordaban a alguien. Su mente después conecto unos cables y la respuesta no le gustó.

— ¿Elizabeth?....... Madoow.....¿la princesa Madoow? — pregunto temiendo por la respuesta.

— Princesa ya no, Pero esa misma soy yo —

Otra vez esa chica, esperaba no volver a encontrarse con ella el resto de la eternidad. Y cuando su mente noto lo hermosa que se había puesto la chica, supo que necesitaba matar a alguien y culpar a Joy.

Orgullo del InframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora