Orgullo del Inframundo

Capitulo 13

La relación entre la princesa de las sombras y el principe del Inframundo avanzó lentamente tras varios meses de "Estar en una relación", la joven princesa mostraba pequeñas muetras de afecto hacia el más alto. Algunos besos y abrazos, actitudes que al principio molestaban al soberano del inframundo, Pero se fue acostumbrando a tales muestras de cariño con el pasar de los meses.

Dicha relación se mantenía en secreto, era bien conocido que ambas magias no se soportaban; juntar magias era más visto por ambas costumbres. Eso no impedía que Veron, (obligado por la princesa); la visitará a diario.

Una mañana, el Príncipe del Inframundo, Veron Mortem , se encuentra en su gran salón recibiendo a los espíritus recién llegados. Su presencia es imponente y majestuosa, con un aura de poder y autoridad que se siente incluso en el mismísimo Inframundo. Mientras escucha sus peticiones y quejas, se sienta en su imponente trono, hecho de rocas y piedras preciosas del inframundo, mientras los tres jueces del inframundo se ciernen a su alrededor, cada uno con una presencia divina única.

- Joy, ¿cuántos espíritus hemos recibido hoy? - Preguntó Verón con su voz grave y profunda, manteniendo su mirada en los espíritus que aún lo estaban esperando.

- Mil quinientos trece, señor. La mayoría son quejas y peticiones como siempre. - Respondió Joy con rapidez y precisión, manteniendo la mirada baja mientras esperaba cualquier otra pregunta de su señor.

Un suspiro de molestia salió de los labios de Verón mientras escuchaba el número de espíritus que habían llegado ese día. Se reclinó ligeramente en su trono, cerrando los ojos por un momento.

- Estos espíritus siempre buscan reclamar y pedir, pero ninguno parece realmente interesado en su propia salvación. - Murmuró, más para sí mismo que para sus ayudantes.

Su asistente, Joy, se atrevió a levantar la mirada hacía su señor. - Señor, hay algo que podría interesarle.- Dijo con su típica sonrisa misteriosa que siempre tenía. - La señorita Elizabeth ha avanzado mucho en sus clases, pronto podríamos fijar una fecha para la boda. -

La mención de su futura esposa, Liz, hizo que Verón abriera los ojos y mirara nuevamente a su asistente. - Liz...- murmuró suavemente, una mirada de afecto apareció brevemente en sus ojos fríos. -Ella siempre ha sido excepcionalmente talentosa y dedicada.- Respondió Verón, permitiéndose un momento de orgullo antes de que su actitud fría regresara.

- Sin embargo,- agregó, - aún falta bastante para que pueda estar lista para asumir su rol como Reina del Inframundo. Ella todavía es muy joven. - Verón dejó de hablar por un momento, sus pensamientos volando hacia Liz y sus habilidades.-No apresuremos las cosas.- Añadió, más para sí mismo que para Joy.

Joy y Irene intercambiaron miradas cómplices, sabiendo muy bien lo mucho que su señor se preocupaba por Liz. Él siempre había sido extremadamente protector con ella y quería asegurarse de que estuviera completamente preparada para el papel que debía asumir como esposa y futura reina. Aunque el aún se negaba a aceptar que quería a la joven princesa Madoow.

- Ahora, ¿Hay alguna otra cosa que deba saber?- Dijo Verón con aire de autoridad, volviendo a centrar su atención en los asuntos que tenía entre manos. Continuó escuchando brevemente algunas pocas peticiones más de los espíritus, dando breves respuestas o indicaciones a sus ayudantes para que se ocuparan de los asuntos menores.

La mente de Verón estaba ocupada con los asuntos del Inframundo hasta que, finalmente, el último espíritu se había marchado, dejando al salón en silencio. Él se recostó ligeramente en su trono, relajando su expresión severa. Joy y Irene aún estaban a su lado, esperando cualquier orden que él pudiera dar. - Señor..... mañana es la junta matrimonial de los Starligth con los Darkligth. -