14; ser humano

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Las estrellas en el desierto siempre eran algo que a YeonJun le encantaba ver, tan acompañadas, delicadas y encantadoras, un consuelo en esta vida inmortal que, sí era honesto, ya lo tenía cansado

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Las estrellas en el desierto siempre eran algo que a YeonJun le encantaba ver, tan acompañadas, delicadas y encantadoras, un consuelo en esta vida inmortal que, sí era honesto, ya lo tenía cansado.

—Choi YeonJun —cerró los ojos al escuchar la voz de Changbin, sabía lo que venía— ¿Te has vuelto loco?

Apartó su vista del cielo y miró al único que consideraba un amigo, ni siquiera hizo el amago de levantarse del suelo y de la roca en que se apoyaba.

—Estoy bien, aparentemente no era algo grave —quiso decir con firmeza, pero un mareo hizo que volviera a cerrar sus ojos.

Changbin bufó y se sentó frente a su amigo, estaba claramente disgustado— ¿Curaste a ese humano, no es así?

—No puedo dejar que muera, Changbin —ni intentó negarlo, era inútil—, no podré ser libre si él muere.

—¿Lo heriste o algo?

YeonJun negó— Me lo encontré y tenía fiebre, no supe qué más hacer.

En este tipo de momentos, dónde la debilidad de su amigo era demasiado evidente, Changbin odiaba no haberlo obligado a explorar más el mundo humano actual. Usualmente solo van a hacer un encargo rápido, se pueden quedar a explorar, pero YeonJun siempre volvía apenas hacía lo suyo o muchas veces prefirió trabajo en el infierno que bajar, por ende este sabía poco de cómo había avanzado todo.

—Hay medicinas para la fiebre, ya no es algo de preocuparse al nivel de hace 200 años, Choi.

YeonJun asintió apenas, aún se sentía mareado, pero ya estaba mejorando. La desventaja de ser un demonio es que no había nada que lo ayudara a mejorar más rápido.
Miró a su amigo, el cuál parecía ya haber olvidado su anterior disgusto— ¿Alguna vez habías curado a un humano? —le preguntó— Curé su dedo antes, pero no me sentí así.

—Eso es porque ahora curaste todo su cuerpo, idiota —Aún con el insulto, el más bajo se sacó su chaqueta y la colocó sobre el regazo del contrario—. La debilidad fue por eso, te dará efecto en proporción que tanto cures, nada si es un pequeñito golpe o demasiado, si es un cuerpo entero.

YeonJun comprendió, había estado tanto tiempo ahí en el infierno, pero a la vez se sentía como un desconocido de varías cosas. Solo se concentró en irse, escapar, no volver a recordar su anterior vida y esta; tal vez por eso solo tenía un amigo.

—Curé a un bebé —continuó Changbin—, en uno de los trabajos fue en una casa y el bebé llevaba solo un día, no iba a morir, pero el dolor del hambre debía ser horrible para alguien como él; un beso en la frente fue suficiente para que estuviera tranquilo hasta que llegara su tía.

El curar humanos no era común entre los demonios, esa no era su tarea cuando bajaban a la tierra, pero a veces ese lado humano que han dejado atrás reaparece como un destello de lo que fueron.

Cartas del más allá  | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora