Un frondoso bosque, clima helado y una vieja cabaña de madera oscura ha sido un escenario repetitivo para muchas personas a través del los años, pero siempre hay algo que marca de forma permanente a este tipo de lugares.
Heredar un lugar así es algo...
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Un nuevo tipo de incomodidad recibió a SooBin una vez volvió a su hogar, esta vez no era por miedo o lo desconocido, sino una meramente por la incertidumbre de su corazón con lo que puede suceder una vez vea a YeonJun, honestamente esperaba lo peor y era mejor así para evitar alguna decepción.
Al llegar, el lugar seguía vacío, solo estaba su alma contra las viejas paredes, no le sorprende que el demonio no esté ahí y no lo culpa. Prefirió enfocarse en desempacar su ropa, además los regalos que sus amigos le dieron, traía una maleta aparte de solo estos. Fue hasta su cuarto, notó una pequeña capa de polvo en el lugar, unos días y ya le tocaba limpiar por todo el lugar.
Cada vez que guardaba alguna cosa, no podía evitar ver a su alrededor en busca de un par de ojos amarillos que no encuentra. No quería llamarlo, en parte se sentía un poco triste que sea solo él quien llamé a YeonJun, no al revés, pero con esos pensamientos sacudía su cabeza y se recordaba que no tiene ningún motivo para sentirse o reclamar eso; al final solo era un enamoramiento de un solo lado.
Tardó en poner todo en su lugar, pero una vez lo hizo y se cambió a una ropa más cómoda, decidió que era tiempo de asear antes de que el polvo llegara a sus pulmones y tenga un ataque de asma. Fue a la cocina buscando la aspiradora, la conectó y cuando se disponía a comenzar, se llevó un susto cuando YeonJun apareció frente a él.
—Disculpa por el susto. —fue lo único que dijo este.
El susto duró un segundo, pasó rápido, y, con ello, la incomodidad de antes volvió y esta vez era más grande porque venía de ambos.
—No te preocupes. —no supo qué más decir, no sabía por dónde abordar lo que pasó— ¿Estabas aquí hace mucho?
El pelinegro negó— Estaba con un amigo, acabo de llegar.
SooBin asintió, una espina de curiosidad sobre el amigo salió, pero no era el momento. Ninguno se atrevía a verse por más de dos segundos, volver a la normalidad de antes y que camino seguir.
—¿Cómo te fue en el trabajo?
El rubio balbuceó un poco— Pues... bien, fue un cliente sencillo y no complicado, ya inicié con la edición de su libro.
YeonJun asintió sin saber qué más agregar, pero a diferencia del humano, el demonio venía con una idea fija— Lamento lo que sucedió —inició, esta vez sin apartar la vista de los ojos contrarios—, no debió suceder y no volverá a pasar.
No fue su intención, sabía que esto iba a pasar, pero SooBin no pudo evitar con clara decepción plasmada— ¿En serio?
—Sí, es algo inaceptable y algo que lamento mucho, fue un impulso del momento, algo que hay que dejar en el pasado.
Soobin no se sentía con el privilegio de sentirse así, no con esta clara situación fuera de lugar, pero no lo podía evitar— Yo no lo lamento.
Por la expresión del demonio, se notaba que no esperaba esa respuesta del rubio. Esperaba que este pensara de la misma manera, no podía haber otra reacción, no como esta— Yo sí, no fue adecuado y no lo será nunca.