23; tentación y cortejo

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Habían pasado varías horas desde lo sucedido con YuSeok

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Habían pasado varías horas desde lo sucedido con YuSeok. Poniendo sus dudas a parte, YeonJun no tardó en llevar a SooBin al interior de la casa ya que no había lugar más seguro para este que ahí; sin permiso de SooBin, YuSeok no podría entrar al lugar.

Se cercioró que el rubio no necesitara su inhalador, pero de igual manera lo mantuvo en su mano por si las dudas. Seguido, lo recostó en la cama para que estuviera tranquilo y cómodo, aunque el humano no lo dijera, si estaba un poco asustado por lo sucedido, así que cuando el demonio dió a entender que lo dejaría solo, le pidió que se recostara junto a él; tuvo que ser sincero con el miedo que aún cargaba.

Se acomodaron de modo que SooBin mantenía su cabeza apoyada en el pecho de YeonJun, una posición cómoda y más que reconfortante, no sólo para él. Se durmió al menos una hora, las caricias de YeonJun en su cabello lo tranquilizaron hasta ese punto. Cuando volvió a abrir los ojos, sus caricias seguían, el ambiente del cuarto se sentía tan acogedor que tal vez fue en ese momento que SooBin se dió cuenta que desea estar así siempre con YeonJun.

—¿Despierto?

Con un sonido afirmativo respondió, no quería moverse de esa perfección tan encantadora, aunque sabía que debía— ¿No molesto?

—No, de hecho, te sientes como una pluma, suave y liviana.

Por fin decidió levantar su cabeza y voltear a ver al demonio, apoyó su quijada en el pecho y sonrió leve a este— ¿Te han dicho que eres muy poético para este siglo?

—No, no creo serlo.

SooBin notó la expresión rara del demonio, un poco perdido en su mente y con el ceño levemente fruncido, como si algo lo molestara— ¿Sucede algo?

Sus miradas se conectaron, YeonJun negó— No, solo creo que deberías mantenerte aquí, por cualquier cosa.

Para el humano, el susto ya había pasado, no podía decir que estaba completamente tranquilo, pero si lo suficiente como para seguir con su vida, pero YeonJun se veía mucho más inquieto— ¿Ir al centro por comida no está permitido? Pronto tendré hambre, no hay despensa.

La pequeña pregunta en broma no fue tomada como esperaba, YeonJun seguía serio y sin bajar sus defensas— ¿Aquí existe eso de las entregas a domicilio?

Ahí se dió cuenta que hablaba en serio. Sin dudas que cada encuentro con YuSeok ponía al demonio muy inquieto. YeonJun ya le había contado que él no podría entrar a la casa sin su permiso, eso lo mantenía en calma, pero no entiende el porqué YeonJun parecía estar muy confundido y preocupado.

—¿Me dirás que sucede o debo salir de la casa para saberlo?

SooBin se sentó en la cama, YeonJun lo siguió y la amenaza del rubio lo descolocó un poco. Suspiró sin remedio— Cuando sucedió la pelea ¿te diste cuenta que en un momento él iba hacia el auto?

Cartas del más allá  | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora