12; Noche fría en la oscuridad

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El regreso fue más animado, esta vez no solo era el rubio con sus preguntas curiosas, sino YeonJun saltándose un poco más preguntándole cosas de su vida; ambos sentían que una amistad estaba naciendo

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El regreso fue más animado, esta vez no solo era el rubio con sus preguntas curiosas, sino YeonJun saltándose un poco más preguntándole cosas de su vida; ambos sentían que una amistad estaba naciendo.

—Lamento poder sonar como un desconsiderado que no le interesas —comentó YeonJun, siguiendo desde atrás a SooBin—, pero la verdad no conozco esas cosas.

—Es imposible que no sepas de los celulares.

El demonio se encogió de hombros— No vengo mucho al mundo humano, sé que son esos pero nunca entendí cómo servían o para qué.

SooBin se rió ante eso— Este fue tu mundo, hablas como si no hubieras pertenecido a este.

—Mucho tiempo hace que desconozcas muchas cosas, en mi trabajo me enfoqué en otras cosas.

Estaba ya a pocos metros de la casa, habían salido del bosque ya. A SooBin le picaba otra vez esa curiosidad, deseaba preguntar en que se enfoca pero no sabía si a YeonJun le gustaba hablar de eso o si él mismo estaba listo para saber los detalles de eso, pero algo pasó y ya no pudo decidirse.

—Hola SooBin —ambos voltearon hasta la voz, encontrándose con Sakura que traía algo en sus manos— y hola —saludó a YeonJun— disculpa, no sabía que tenías visita.

Eso último dejó congelado al rubio y al demonio, Sakura podía verlo. Ambos se miraron apenas ocultando su asombro, más SooBin.

—¿Él? —preguntó, apuntando a YeonJun.

Sakura ladeó la cabeza un poco confundida— Si...

—Un gusto, mi nombre en YeonJun.

—Sakura, un gusto igual —a SooBin no le quedó más que sonreír ante esta situación—. Traía comida, fue buena idea traer más que dos platos.

—Déjame ayudarte —el rubió tomó la comida de las manos de la joven—, entra, podremos comer más cómodos adentro.

Una vez ella se adelantó ambos pudieron discutir lo que sucedía— ¡¿Ella puede verte?!

Con los ojos cerrados, YeonJun asintió— Puedo controlar quien me ve, pero bajé la guardia y no me oculté bien.

—Podrías haberte ocultado cuando la vimos.

—Ella ya me había visto, puedo deducir que sería más raro si desaparezco delante de sus ojos.

A paso lento se dirigieron al interior de la casa, si la hacen esperar más sería muy raro. Ambos dieron su mejor actuación para que no se notara lo bizarro que este asunto les parecía, como si todo lo anterior no lo fuera ya.

En un momento, mientras SooBin colocaba la comida en la mesa para servirla, YeonJun miró a su vieja oficina y se excusó.

—Disculpen —empezó, ganándose la atención de ambos humos—, debo escribirle a mi amigo, no tardo mucho. —e ingresó en el lugar antes mencionado, cerrando la puerta que estaba abierta de par en par.

Cartas del más allá  | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora