3; una sonrisa bonita

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Con el cambio de lugar y buscando adaptarse a esta nueva vida, SooBin se había olvidado lo sucedido hace unas noches

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Con el cambio de lugar y buscando adaptarse a esta nueva vida, SooBin se había olvidado lo sucedido hace unas noches. Ha ido al pueblo varias veces para conocer los negocios que en este hay, varías ancianitas lo elogiaron por ser 'muy adorable' a sus ojos, él solo se sonrojó y asintió sin poder refutarle a las mujeres.

Aún se quedaba maravillado por la vista de los altos pinos y en el fondo las montañas imponentes, el lugar cargaba con una energía nostálgica que parecía solo existir ahí. Una vez salido de su trance, revisó que todo en su auto estuviera en orden y bajó de este para dirigirse a la farmacia, le gusta mantener varías recargas para su inhalador. La señora fue amable, rápido consiguió lo solicitado y guardo esto en una bolsa.

—Disculpe —habló ella, sellando la bolsa. SooBin la miró para verificar que se dirigía a él— ¿Usted es quien se mudo a la casa Choi?

El rubio no esperó esa pregunta, tal vez al inicio, pero ya con varios días aquí le parecía un poco raro el cuestionamiento— Sí, me mude hace una semana.

La mujer hace una cara de sorpresa y no dice más sobre el asunto, le entrega sus medicinas y le dice las típicas palabras de despedida en un negocio. La campana de la puerta suena cuando SooBin sale, el cielo daba señales que pronto iniciaría el atardecer y que el frío dominaría otra vez el lugar; las temperaturas bajaban cada vez más.
Se permitió mirar con más detalle su camino de regreso al auto, a ese lado del pueblo rara vez pasaba, no fue hasta que a lo lejos vió un antiguo letrero, dañado por el tiempo, pintado con la lluvia y con un alma vieja que detuvo sus pasos.
Comenzó a acercarse para confirmar que había leído bien, era un simple letrero que usaban antes para indicar dónde vivían las personas, tan viejo que parecía un milagro que este siguiera ahí.

Pero lo que llamó la atención fue el nombre ahí— Huening —no tardaría mucho en borrarse, pero aún así logró notarlo.

El cielo se oscurecia cada vez más, SooBin volvió a su auto y comenzó a dirigirse a casa. El eco de ese nombre revotaba en su mente y sin cuando llegó a su casa e hizo todo lo que debía hacer, la picazón de sus manos oor volver a tomar esas cartas no se iba. Decidió ya no darle tantas trabas al asunto y volvió a su cuarto, tomó la caja y se sentó en el suelo.

Estimado YeonJun, ya han pasado unas dos semanas de tu visita y la verdad es que ansio profundamente que vuelvan o, en caso contrario, nosotros visitarte.
Mantengo tu reloj de bolsillo junto a mi y me ha sido muy útil, espero pronto poder darte un regalo tan bonito como este.

Las flores del jardín ya florecieron, deberías verlas en todo su esplendor, estoy seguro que te encantaría. Te invito a otro paseo en el jardín como el que hicimos en tu presentación, fue muy lindo, demasiado diría yo.
Espero que se repita, una y otra vez.

—Huening Kai Kamal.

Tal vez SooBin no era el más experto en el amor, en verdad era demasiado torpe en este, pero hasta él pudo notar el toque diferente en esas palabras. Anhelo, había demasiado anhelo en esas palabras como para sonar a una simple amistad.

Cartas del más allá  | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora