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—Charles, ya les dije a ti y a tu muy linda novia, que si iré

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—Charles, ya les dije a ti y a tu muy linda novia, que si iré. —Dije al teléfono mientras terminaba de empacar mis cosas.

Escuche un bufido del otro lado de la línea. —Gia no es mi novia, pero está ansiosa de volver a verte.

—También me emociona verla de nuevo, adoro los audios que me manda contándome todo lo que pasa. —Dije divertida. —Ahora ya dejame terminar de hacer mí maleta.

Charles Leclerc es demasiado insistente, cuando se le mete algo a la cabeza no se va hasta que lo cumple, y me parece que lo que se le metió a la cabeza es llevarme a ver una carrera, supongo que se debe a que desde que volvimos a unirnos le dije que el mundo de la Fórmula 1 no me encantaba, y quiere demostrarme que si le doy una oportunidad esa perspectiva cambiará.

Durante el vuelo, Charles me explicó con entusiasmo algunos detalles sobre la Fórmula 1, los equipos, los pilotos y la estrategia detrás de cada carrera. Aunque sus explicaciones eran apasionadas, noté que de vez en cuando me perdía en la jerga técnica. Gia, sentada a mi lado, me sonreía cómplice.

—No te preocupes, a mí también me tomó un tiempo entender todo esto. —me susurró Gia mientras Charles hablaba de las diferencias entre neumáticos blandos y duros. —Pero una vez que ves la carrera en vivo, todo cobra sentido.

—Espero que sí, porque llevo como desde los dieciséis sin ver una carrera. —respondí con una sonrisa.

Al aterrizar, el bullicio del aeropuerto se mezclaba con los carteles de bienvenida a la ciudad. Charles nos guió hábilmente a través de la multitud hasta que finalmente salimos a un coche que nos esperaba. El conductor, un hombre alto con una gorra del equipo de Charles, nos saludó amablemente.

—Es increíble que tengas a alguien que te recoja. —comenté, impresionada.

—Ventajas de ser piloto. —Charles respondió con un guiño. —Además, es más rápido que esperar un taxi.

El coche nos llevó directamente al circuito, donde los preparativos para la carrera estaban en plena marcha. La vibrante atmósfera me envolvió de inmediato: el rugido de los motores, el olor a goma quemada, y la energía palpable de los aficionados que ya se agolpaban en las gradas.

Charles nos guió hacia una zona exclusiva, una especie de paddock VIP con una vista privilegiada de los boxes y la pista. Gia, radiante, me explicó que tendríamos acceso a todo, desde los garajes de los equipos hasta las áreas de hospitalidad.

—Es como tener el pase de oro. —dijo, riendo.

—Así que, ¿qué te parece hasta ahora? —Charles me preguntó, su mirada fija en la pista.

—Es... impresionante. —admití, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. —No recordaba que fuera tan... intenso.

—Solo espera a que comience la carrera. —dijo Gia, su entusiasmo evidente. —Es un espectáculo.

𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐞𝐲𝐞𝐬 (𝘠𝘶𝘬𝘪 𝘛𝘴𝘶𝘯𝘰𝘥𝘢 𝘍𝘢𝘯𝘍𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora