Había llegado el momento, decir que sí y recibir con felicidad todo lo bonito que podía traer una relación con Yuki o decir que no y olvidarme de lo maravilloso que habíamos vivido juntos. Esa pregunta llevaba días dando vueltas en mi cabeza, casi como si hubiera acampado en mi mente, cada segundo, cada instante que pasaba, me hacía dudar más y más.
Me encontraba en el aeropuerto, esperando mi vuelo hacia el siguiente Gran Premio. Yuki y yo habíamos intercambiado algunos mensajes, pero no habíamos tocado el tema de la propuesta desde aquella noche en Singapur. Sabía que él estaba esperando mi respuesta, pero también sabía que no quería presionarme. Sin embargo, cada vez que pensaba en él, en su sonrisa, en su risa, y en cómo se relajaba solo estando a mi lado, el peso de la decisión se hacía más grande.
A medida que las horas pasaban, me preguntaba si realmente estaba lista para lo que significaba estar con alguien como él, con una vida tan llena de viajes, presiones, y desafíos. Pero al mismo tiempo, la idea de no tenerlo cerca, de no sentir su energía y su cariño, de no volver a ver esos dulces ojos japoneses, era algo que me aterraba más que la incertidumbre del futuro.
Mi vuelo fue llamado, y mientras caminaba hacia la puerta de embarque, sentí una mezcla de nervios y emoción. ¿Qué iba a decirle? ¿Qué camino iba a tomar?
Lo único que sabía era que, en cuanto aterrizara, todo cambiaría.
Mientras caminaba por el aeropuerto, esa tensión interna no me abandonaba. Mi mente seguía atrapada entre las dos opciones: decirle que sí a Yuki y embarcarme en una relación que, aunque llena de incertidumbre, también prometía momentos hermosos; o decirle que no y alejarme de todo lo que habíamos compartido. Pero en ese momento, la presión de tomar una decisión me abrumaba. La incomodidad crecía con cada paso, como si algo dentro de mí supiera que no estaba lista para enfrentar todo lo que implicaba.
Al llegar al hotel del Gran Premio, todo parecía seguir como siempre: el bullicio de los equipos, la prensa, los aficionados. Pero en mi cabeza, la confusión seguía pesando. Me encontré con Charles en el ascensor. Él notó mi expresión, no necesitaba preguntarme para saber que algo andaba mal. Después de todo, él siempre había tenido una habilidad especial para leerme como un libro abierto.
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𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐞𝐲𝐞𝐬 (𝘠𝘶𝘬𝘪 𝘛𝘴𝘶𝘯𝘰𝘥𝘢 𝘍𝘢𝘯𝘍𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯)
Fanfiction𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐞𝐲𝐞𝐬 || Jullie tras una larga insistencia de parte de su amigo Charles fue a un Gran Premio y chocó con unos dulces ojos japoneses...