9.Come back, be here

6 3 0
                                    


Cuando desperté una oleada de tristeza me invadió. Los recuerdos de anoche llegaron de golpe y la decepción que sentía me hizo no querer levantarme. Además, recordé que día era y mi mundo se vino abajo.

15 de Junio

"El cumpleaños de mi madre"

Empecé a llorar. Siempre había sido un día duro, y cada año era más difícil. Era un recordatorio de que mi madre apenas tenía posibilidades de despertar.

Un rato después, fui a darme una ducha de agua fría. Necesitaba despejarme y al fin y al cabo, era junio y hacía bastante calor. 

Al salir de la ducha, cubrí un poco mis ojeras y me puse un vestido floral que años atrás había encontrado en su armario y había decidido guardar. Una de las muchas cosas que teníamos en común era que nos encantabas las flores, especialmente los tulipanes, por lo que al salir de casa para ir a verla al hospital pasé por mi floristería favorita y le compré un ramo.

Mamá estaba en el hospital de la ciudad en la que vivíamos cuando era pequeña, por lo que tuve que conducir hasta allí. Cincuenta minutos después estaba parada frente al hospital en el que tantas tardes había pasado cuando era pequeña sólo para no estar en casa con mi padre. Siempre le contaba todo a mamá cuando era pequeña con la esperanza de que, de una inexplicable manera, pudiese oírlo.

Odessa seguía durmiendo cuando había salido de casa, por lo que la mandé un mensaje diciéndole que había venido a visitar a mi madre. Probablemente lo hubiese supuesto, teniendo en cuenta que siempre vengo a verla en su cumpleaños, pero con lo que pasó ayer quería asegurarme.

Me detuve frente a la puerta del hospital mientras sentía ese familiar sentimiento como cada vez que iba a visitarla. La recepcionista, que se había vuelto casi como una tía, me saludó con expresión alegre.

-¡Hazel! Hacia mucho tiempo que no te veía. -Me saludó.

-Ya, últimamente he tenido muchos exámenes y no he podido venir tanto como me gustaría. Pero hoy era su cumpleaños.-La expliqué.

-Oh , cielo. No uses todavía el pasado. No te garantizo que despierte, pero es mejor no perder la esperanza.-Me animó.

-Esta bien. Luego vendrán mis hermanos, no les digas que he venido, les dije que no coincidiríamos porque vendría tarde y quiero sorprenderles.

-Ya sabes que hago lo que tú me digas. Por cierto, ¿Qué tal están?

-Bien, creo, llevo sin verlos desde mi cumpleaños pero de todas maneras tenía que venir a la ciudad la semana que viene. Alice ya termina el instituto y quiere venir en cuanto se gradúe, así que íbamos a aprovechar y se iba a venir después de la graduación.

-Me alegro, aunque imagino que Alana y Noah estarán algo tristes.

-Si, pero este verano vamos a llevarlos a nuestro piso unas semanas para que no estén tan tristes. Vendrán a principios y volverán a venir a finales de verano. Voy a subir un rato a verla antes de que vengan. Nos vemos luego, Susan. - Me despedí de ella.

-Hasta luego, Hazel.

Subí las escaleras con nerviosismo. La charla con Susan me había hecho olvidarlo un poco pero los nervios habían vuelto. Finalmente, llegué a la habitación 74 y giré el pomo. Allí se encontraba mi madre, tumbada en la cama.

Su pelo largo y brillante ahora se había vuelto algo apagado. Su piel, que siempre había sido pálida, se había vuelto un tono casi blanco. Su rostro que siempre había sido sonriente ahora tenía una expresión seria.

-Hola mamá. Hace mucho tiempo que no venia a hablar contigo, lo siento mucho. Mi vida ha sido un caos últimamente. Hace tres semanas fue mi cumpleaños y Odessa hizo una gran fiesta por ello. Allí me presento al grupo de amigos de una chica que ella conocía. Todos fueron súper amables, bueno, salvo una chica que se llama Cleo. Y conocí a un chico. Era el mellizo de la amiga de Odessa, Greta. El chico se llama Addam y quedamos con ellos los dos días siguientes. Hablé con el y me empezó a gustar. Incluso me llevó al hospital cuando me hice un esguince y vino a visitarme. Hablábamos todos los días, pero ayer fuimos de fiesta y por un juego tuvo que besarme. Pero no lo hizo. Yo pensaba que en verdad le gustaba. -Le conté con lágrimas en los ojos.- Pero el besó a Cleo y siempre me había dicho que no le caía bien y yo me sentí como una mierda. Y luego ella me hizo sentir fatal y yo me fui llorando. Por suerte me había hecho amiga de su mejor amigo y la novia de su mejor amigo y me llevaron a casa junto a James, otro de nuestros amigos. No se que hacer y ojalá estuvieras aquí conmigo para aconsejarme. Oh, mamá... me haces tanta falta.

Saber Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora