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(Aclaración: la historia está ambientada en una época donde los conocimientos sobre el celo son muy pocos)

—No es nada grave, solo entró en celo.

—¿Y por qué le afectó tanto?

—No sé... Deberíamos mandar a hacer exámenes.

—No jodais, que la boda es hoy.

—Podemos hacerlos luego de la boda.

Chan asintió, dirigiendo su vista hacia Seungmin y luego a la beta frente a ellos.

—Vale, ¿qué recomienda para alguna emergencia?

—Nada fuera de lo normal, ya sabe, majestad.

Seungmin observó su reflejo, intentando sonreír

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Seungmin observó su reflejo, intentando sonreír.

¿Cómo fue que su vida estaba cambiando tanto, y él estaba a punto de casarse teniendo solamente diecisiete años?

—Sonríe, Seungmin —se dijo a sí mismo.

La música se escuchaba desde lejos, el cielo iluminado por estrellas parpadeantes era testigo de la gran ceremonia que se llevaba a cabo en el piso bajo del enorme palacio.

Una doncella entró en su habitación anunciando que ya era hora de su entrada al salón.

Mientras tanto, Chan esperaba en el piso de abajo con el hermoso traje que había sido confeccionado especialmente para él, sus ojos cafés observaban atentamente cada pequeño movimiento del omega pelirrojo que se encontraba junto al rey Sunghoon. Sus dos bebés —como siempre— estaban siendo alistados por un par de doncella para luego ser traídos al salón.

Pronto los ojos de Sunoo encontraron los suyos. El omega lo miraba con resentimiento mientras que Bang lo veía con indiferencia, pero siempre atento.

Las trompetas comenzaron a sonar mientras la alfombra blanca se desplegaba, dando paso a un joven y hermoso omega que en sus manos llevaba un ramo de flores color rosado pálido, muy pálido, casi blanco. Los colores claros de su vestimenta y su piel contrastaban con su cabello color azabache al igual que sus ojos, haciendo resaltar aún más su belleza. Belleza que era cubierta por un velo medio transparente, claro.

Levemente cruzó miradas con el pelirrojo y suspiró, bajando la cabeza y queriendo acabar ya mismo con todo esto.

Finalmente se detuvo en el altar, frente a su futuro esposo, cruzando miradas.

Chan quería sonreirle pero recordó su "sonrisa de omega" y que siempre debía verse serio y dominante.

Seungmin se obligó a sonreír, recordando que siempre debía verse perfecto.

—Estamos hoy aquí reunidos para unir a...

Realmente no escuchó nada después de eso, su mente se perdió y sus ojos se clavaron en un alfa. Mismo alfa que estaba-

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