𝚂𝙷𝙾𝙶𝙰𝙽𝙰𝙸 | 𝙲𝙷𝙰𝚁𝙻𝙴𝚂 𝙻𝙴𝙲𝙻𝙴𝚁𝙲

ＣＨＡＰＴＥＲ Ｘ

ＣＨＡＲＬＥＳ

     Me acomodo en mi asiento y no puedo evitar dirigir mi mirada hacia Cosette. La rubia se encuentra terminando de acomodar la pequeña maleta con las cosas de la cámara. Me sorprende que tenga una sola para la cámara de fotos y el objetivo, pero supongo que son cosas de los fotógrafos, querrán tener todo protegido para que no les ocurra nada, al igual que nosotros con las piezas de los coches cuando vamos a los Grandes Premios por Europa.

—Cosette —llamo su atención.

La chica deja de acomodar las cosas en el compartimento y se gira para mirarme. Sus ojos azules me miran con detenimiento y siento como el corazón comienza a latir con fuerza. Mierda.

—¿Qué pasa?

—Se te ha olvidado una bolsa —digo, a la vez que señalo la que tiene sobre uno de los asientos.

—Ah, gracias —me dedica una pequeña sonrisa.

Agacho la cabeza y me pongo a mirar la pantalla del móvil. De repente, un mensaje de Carlos aparece en mi pantalla.

—"Espero que no la cagues con Cosette" —dice.

Pongo los ojos en blanco, pero rápidamente muevo los dedos por la pantalla táctil.

—"¿Y qué es lo que supuestamente voy a cagar con Cosette?" —escribo.

La respuesta del español no tarda en aparecer.

—"Cosette me cae bien, no quiero que se empiece a quejar por tu culpa"

Miro la pantalla detenidamente y no puedo evitar soltar un suspiro de frustración. Manda cojones que sea él el que me diga esto, cuando él fue el que se comportó como un gilipollas con su novia cuando ella llegó.

—"Creo que no estás en posición para decirme eso, Carlos. No cuando tú le hiciste cosas peores a Layla" —respondo.

Nada más enviarlo, siento que me he pasado con mis palabras, pero es lo que pasó. Carlos comenzó siendo un cabrón con Layla, mientras que yo tenía que salvar sus cagadas, por lo que no se encuentra en la posición de darme órdenes, ni mucho menos de decirme como debo o no comportarme.

—Charles —su voz me saca de mis pensamientos.

Por inercia, bloqueo la pantalla del móvil y alzo la cabeza para mirar a la chica. Ella me mira mientras frunce levemente el ceño, pero veo que en su cuello tiene la cámara de fotos.

—¿Qué pasa?

Cosette parece dudar unos segundos antes de hablar.

—¿Podría hacerte unas fotos en el jet? —dice, a la vez que me muestra la cámara.

«Adorable», pienso mientras la miro. Me sorprendo al pensar eso. «Joder, ¿por qué coño pienso así de ella?»

—No debes preguntar, Cosette —niego con la cabeza—. Te han contratado para esto, ¿no? —digo, de forma burlesca.

Ella me mira un tanto confundida antes de asentir con la cabeza. Se va a sentar en su asiento y es entonces cuando el confundido paso a ser yo. «¿No me iba a hacer fotos?» Mi respuesta se responde cuando el piloto nos anuncia de que las comprobaciones ya han sido hechas y que en unos segundos empezaremos a movernos.

Tras media hora en el aire, Cosette se encuentra dándome instrucciones de cómo ponerme para que me dé una mejor luz.

—No, no me gusta —dice, a la vez que mira la pantalla de la cámara.