II

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Taeyong y Taehyung eran hermanos gemelos, siempre habían tenido problemas para sus relaciones porque ni siquiera sus parejas anteriores los podían diferenciar, eran tan parecidos que incluso su voz sonaba igual, su cabello castaño poco esponjoso era igual, sus ojos, labios, cada parte para las personas eran semejantes. 

Además, siempre estaban juntos, se necesitaban uno del otro, quizá uno más. 

Taeyong a pesar de ser el mayor entre los dos por tan solo diez segundos, siempre era quién obedecía a Taehyung, aunque a la edad de catorce años acaeció el cambio de roles, porque Taehyung fue diagnosticado como persona borderline, un trastorno o condición mental que impacta significativamente en la habilidad de una persona para regular sus sentimientos, y como su hermano prometió jamás dejarlo solo y estar siempre para él.

Taehyung llevó terapias psicológicas por años, su familia y él creían que por fin se había "curado", aunque precisamente no era el término adecuado ya que no es algo que podría curarse, más bien, controlarse.

Apenas habían pasado dos años desde que Taehyung fue dado de alta, y había tenido un comportamiento saludable que siquiera habría del que preocuparse, él quería cambiar, no quería hacer sufrir más a su familia por su padecimiento, y es por ello que lo logró.

Su alta fue el día más feliz de su vida y salió a disfrutarlo con su hermano, quién se encontraba a su lado conduciendo el auto gris en el que llevaban horas, en el que cada dos horas se intercalaban el volante y en el que no dejaban de reír. 

Sin embargo, el semblante de su hermano Taeyong cambió de repente mostrándose aburrido.

— Estoy cansado y hambriento Tae, y se que tú también, llevamos desde la mañana manejando, ya pasó la hora del almuerzo ¿Por qué no buscamos un lugar para almorzar algo y después dormimos? —Miraba con una adorable sonrisa marcando sus hoyuelos. Aquellos que marcaban la posible única diferencia entre ellos.

— Sí. Aunque la verdad, lo único que hemos encontrado en toda la carretera ha sido una gasolinera, no ha habido rastro de ninguna tienda, Taeyong —suspiró pesado— Me estoy arrepintiendo de esa visita sorpresa a nuestra prima, aún quedan como diez horas para llegar a la ciudad; además hace mucha calor, y eso que vamos en auto —Terminó de hablar mientras seguía viendo por la ventana aquel paisaje lleno de tierra, árboles y arbustos secos.

Sin embargo, sus ojos abrieron como platos cuando pudo observar un hotel a unos metros.

Sintió tanto alivio, y podía sentir como su trasero y sus piernas le estaban dando las gracias, porque por fin podría abandonar ese asiento y caminar un poco.

— Mira Taeyong, ¿Qué tal si nos estacionamos ahí —señalando el oscuro hotel— Y preguntamos por la estadía, y de paso por algo de comer.

— Okey, déjame acercarme —Respondía mientras mantenía la concentración en aquel hotel.

Dos minutos le bastaron para que se estacionara Taeyong en frente de aquel hotel lentamente, aquello se veía muy limpio para estar en un lugar tan abandonado que lo único que desprendía era polvo.

Taehyung no esperó para descender del auto e inhalar profundamente el aire fresco, estiró todo su cuerpo con las manos juntas hacia arriba y exhaló con fuerza, se sentía libre.

Los dos admiraron aquel lugar desde afuera, "Es hermoso", fue lo único que Taehyung pudo decir mientras observaba los quince pisos del hotel.

Aquello desconcertó un poco a su hermano, que lo hizo bufar alegremente, porque no era primera vez que él y Taehyung veían un hotel, vivían en una buena zona de su ciudad, y estaban rodeados de ellos, todos elegantes y finos.

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