Impasse | kv

IX

9 de marzo, 2010. Daegu, Corea del Sur.

El disgusto de Min Yoongi era fulgurante ante cualquier visión, empero pasaba por desapercibido por sus familiares quienes le cantaban emocionados por su cumpleaños. No sabía que pensar, ni qué hacer, indeciso se tomaba a sí mismo de las manos hacia adelante, hacia atrás, y tampoco tenía idea en que pie apoyarse, la situación simplemente era incómoda.

Gina fue la única que lo descubrió en su cantar, rió por ello buscando alguna excusa para sacar a Yoongi de esa situación, conocía al pelinegro como la palma de su mano.

Los familiares terminaron de cantar obligando prácticamente a Yoongi a apagar la vela con el número dieciocho en el pastel sabor mandarina hecho por su misma madre.

-Felicitaciones, Yoongi. Cada día te vuelves más... hombrecito -celebró su tía Sunja.

El nombrado le agradeció a regañadientes y a todos sus familiares. Hipócritas, todos eran unos hipócritas, actuaban tan risueños y amables con él como si no hablaran de su persona a sus espaldas, sobre todo su tía Sunja y su prima Mi-ran quienes afirmaban que era un "maricón" y una decepción para su familia. No sabían nada, sus bocas asquerosas no deberían siquiera mencionar su nombre.

-Yoon, te tengo una sorpresa. Pero... -mirando a la mamá de Yoongi- Tengo que robármelo por un rato.

-¡Oh!, no te preocupes mi niña, puedes llevártelo -respondió sin preocupación.

La castaña agradeció la comprensión arrastrando a Yoongi de la mano.

Se dirigieron al parque más lejano de la casa, exactamente a diez cuadras de ésta. Inicialmente, no tocaron el día festivo, jugaron en los columpios y conversaron un poco acerca de la estresante Universidad cuando apenas habían ingresado. La noche había llegado, y Gina creyó prudente por fin hablar sobre aquello.

-Debiste disimular un poco más -reventando la burbuja de Yoongi en el que estaba perdido.

-Agh, no. ¿Viste como todos me felicitaban como si fuera el familiar perfecto?, todo son unos estúpidos farsantes -escupiendo con asco.

Gina comprendía, entendía y conocía el sufrimiento de su mejor amigo más que nadie en el mundo, su corazón se había roto en mil pedazos al oírlo llorar y derramar lágrimas como si fuese un diluvio incontables de veces.

Charlaron un poco más sobre la familia del pelinegro, se burlaron de ellos y los criticaron justo como ellos lo hacían. Sin embargo, el buen rato no les duró mucho tiempo.

Suho y Kyungsoo se acercaron a ellos, ambos con un cigarrillo en mano y risas burlescas sin importarles su corta edad.

-¡Mira Suho!, nos encontramos con el gran marica de Min-Yoon-gi -sonrió ladino, mientras miraba de forma perversa las largas piernas de Gina e igual que su pecho, se lamió los labios.

Yoongi lo notó y se puso de pie protegiendo a la castaña detrás de él.

-Váyanse, por favor -pidió Gina firme de lo que podría pasar.

-No, mi amor. Antes queremos jugar un poco aprovechando que nos encontramos con ustedes -respondió Suho, quien dio un ademán con la cabeza a su compañero.

Ambos tiraron el cigarrillo y lo aplastaron con su pie.

Kyungsoo comprendió como si se hablaran telepáticamente; le dio un fuerte empujón al cuerpo delgado de Yoongi haciendo que éste cayera y se diera un golpazo contra la punta del columpio cerciorándose que efectivamente, estaba sangrando, jadeó ante ello.

Gina fue atrapada por el menor contra su pecho, comenzó a gritar por ayuda, pero nadie salía por ellos, maldita idea de ella y el pelinegro de no elegir un lugar más seguro y, sobre todo, más cercano.