VI

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Jeon reposó sus labios en la frente de Taehyung dándole un casto beso.

—Deja de llorar, bañate porque tenemos que salir.

Jungkook levantó los platos, lo dejó en la alacena y fue en busca de ropa limpia para Taehyung, esperando que cuando volviera, haya dejado de llorar.

La mañana era calurosa y el sol relucía en vehemencia. Taehyung embobado por lo que veía era por octava vez arrastrado, las únicas veces que había salido de la casa de Jungkook no habían ido muy lejos. 

Sin embargo, sus ojos recorrían la altura de los árboles y pinos excepcionales que engalanaban el vasto espacio, su mano se encontraba entrelazada con la del azabache que llevaba un pequeño maletín negro colgando entre su cuello a cadera, ya estaba harto de empujar hacia él varias veces al cuerpo contrario, habían recorrido numerosas tiendas, y ahora seguian un sendero no tan distante a la feria.

— Presta atención delante tuyo, te vas a caer, estúpido.

— Jungkook, ¿Te puedo hacer una pregunta? —dudoso sin dejar de mirar el espacio.

— Ya lo estás haciendo, bruto —escupió disgustado.

— Bueno... Yo creí, que el lugar... Estaba de-desierto —titubeó.

— Pues como ves, no.

— Es que... Se supone que- —fue interrumpido.

— Se a lo que te refieres, zoquete —detuvo el paso observando su alrededor— Este lugar lo hice yo, todo lo que ves, es gracias a mí. Que todo lo que sea que se vea desde la carretera que hace llegar al hotel sea tierra, árboles y pastos secos, no significa que no exista esta isla lejos de allí.

— ¿Lejos? —manteniendo una conversación normal, el tono del azabache era tranquilo, como si donde estuviera de pie fuera su sosiego.

— Estás del hotel y acá entre quince y veinte minutos dependiendo de la capacidad de máxima velocidad del auto. Si te imaginas un auto viejo y lento vas a llegar entre media hora a más. Aunque no creo que sepas de ellos, se que no has tocado un auto que no sea de lujo. Las dunas ocultan el lugar, está muy lejano —volviendo en marcha.

— ¿Cómo lo sabes?, ¿Qué sabes de mí? —soltándose del agarre angustiado.

— Lo mucho como para saber que estás loco y encima, mimado por el dinero —tomándolo bruscamente.

Taehyung cayó en cuenta que probablemente ya sabían hasta de su afección mental, y lo peor era que el maníaco, estúpido, despreciable, y cabeza podrida de Jungkook le había bajado los poco ánimos que tenía, o sea, él no sabía nada de él y, ¿Cuánto le llevará llegar a su paso si tenía planeado escapar junto a su hermano?

Era muy probable que le salgan ampollas de tanto correr y caminar. Y si se tomaban el tiempo de descansar, sería muy probable que se den cuenta de sus ausencias, peor aún, irán por ellos y los encontrarán en ¿QUINCE MINUTOS?, no le sorprendería que sea en menos tiempo. 

Aceleró su paso quedando al lado de Jungkook.

Antes de que culminaran de caminar el sendero, a lo cerca, a menos altura se visualizó un gran establo y otro más pequeño pero que aún podría ser considerado muy extenso, Jungkook  aseguró la mano de Taehyung y lo hizo bajar con cuidado entre las pequeñas plantas.

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