Impasse | kv

IV

— ¿Koo-o-kie? —susurró Taehyung en su estado de shock al escuchar el nombre creyendo que ninguno de los dos lo había escuchado, pero para su mala suerte, los presentes voltearon a verlo.

— ¿Acaso abriste la boca, vil perra? —refirió Jungkook acercándose lentamente al mayor, haciendo que éste aún sorprendido lo mirara hacia arriba.

— Ji-Jimin. ¿Lo... Conoces?.

Aquello desconcertó a Jungkook, ¿Como rayos sabía de la existencia de su hermano?, ¿Quién carajos era la persona que tenía al frente y con el objetivo de joderle nuevamente la cabeza? Porque si, a cada persona que ingresa a esa feria para ser aniquilada se les conocía sus expedientes. 

Jungkook había aceptado dicha propuesta por Jimin, para que en algunas les pudieran sacar provecho, monetario, renovándolos, o jodiéndoles el cerebro, ya tenía conocimiento sobre el trastorno que Kim Taehyung, como decía en la hoja, había padecido, y que él mismo se encargaría de empeorarlo, pero en ningún momento leyó alguna parte que los uniera de alguna u otra forma. 

Tomó al castaño con fuerza de los cabellos, gimió por el dolor que le provocó.

— ¿Qué sabes de Jimin, maldita perra?.

No, no lo podía creer, conocía a Jimin, conocía al niño que una vez había llegado a la fiesta de cumpleaños de su hermano y de él, conocía al niño que le mostró la foto que le hizo encantar del otro pequeño, no podía creer que lo había encontrado. 

Esta vez, Taehyung no sollozaba por dolor físico, por pedir que lo dejara de tocar, ni mucho menos para que parara de asesinar a alguien enfrente de él, sollozó porque por fin lo había encontrado, después de tantos años, sollozó porque sus idealizaciones lo llevaron al abismo de caer en cuenta que era un total psicópata, canibalista, era un asesino, ese niño que aparentaba amabilidad y alegría era el mismo que tenía frente a él reflejando frialdad, crueldad, y furia.

— DEJA DE LLORAR POR UNA SOLA VEZ MIERDA Y DIME QUE PUTAS SABES DE JIMIN.

— Yo... Yo lo conocí hace muchos años —entre titubeos, porque la tristeza abundó su fuerte cuerpo pero débil corazón, sin duda no era ninguna de las primeras veces en las que hablaría con el hombre como se las imaginó incontables veces.

— Empieza a hablar de una buena vez, antes de que te corte el puto cuello, Kim Taehyung —un escalofrío pasó por el cuello del mayor al escuchar su nombre de Jungkook, su imaginado Kookie.

Jeon soltó los cabellos de Taehyung, tomó la silla en la que anteriormente Soobin se encontraba, sentándose en ella para tomarle toda la atención a Taehyung. Un celular timbró, Soobin llevó sus manos a su bolsillo derecho dejando ver en la pantalla la llamada con el nombre de Jimin.

— Es Jimin, Jungkook.

— Lárgate de aquí, Soobin. Contesta lejos de aquí.

Choi Soobin salió de la tienda inmediatamente dejando a solas a Jeon y a Kim. El menor se puso de pie y empezó a desatarle las manos.

— Intenta escapar, y lo primero con lo que te toparás será con personas con ganas de querer tragarte. Y no haré nada al respecto.

Mierda, de nada le iba a servir estar con las manos y pies libres. Jungkook volvió a tomar asiento insinuándole su relato, un titubeante Kim Taehyung hizo caso.

— La verdad solo lo vi una vez, en mi fiesta de cumpleaños. Mi hermano lo llevó conmigo y me lo presentó. Él... Me enseñó una foto, en la que aparecía él y un tal... Kookie, se veía mayor que él —mierda, Jimin fue lo que escuchó salir de la boca de Jungkook—. Mientras lo hacía, me contaba alguna anécdota, pero la verdad... No la escuché, tenía mucha curiosidad por el niño que estaba junto a él. Después de eso, se despidió de nosotros porque ya era tarde y solo quedaba él de los invitados, fue la única y última oportunidad que lo vi.