Aimi, al darse cuenta de lo tarde que era y de que ni siquiera sabía dónde se encontraba, agarró su celular que por suerte tenía en su mochila tras salir corriendo de la escuela de jujutsu sin rumbo fijo.
—Son las 00:30 de la noche —susurró en shock Aimi, al no haberse dado cuenta de la hora mientras estaba tan sumida en sus sentimientos heridos y la situación en la que se encontraba.
Se levantó rápidamente de la arena, sacudiéndose el vestido que había elegido simplemente porque Gojo le había dicho que se veía bonito.
—Qué ingenua fui —susurró con dolor Aimi, sintiéndose devastada al pensar que mientras ella preparaba con esmero y entusiasmo la comida que Satoru amaba, él posiblemente estaba con Utahime —Eres una estúpida, Aimi.
Se dio una cachetada para alejar todos los pensamientos sobre Satoru y se concentró en buscar en su celular un motel barato, ya que no tenía suficiente dinero para pasar la noche en esa inmensa ciudad de Tokio.
Aimi caminó por la playa, buscando señales de vida nocturna o algún lugar donde poder quedarse temporalmente. Cada paso en la arena fresca le recordaba lo perdida que se sentía, tanto física como emocionalmente.
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Aimi, después de horas de búsqueda, logró encontrar un motel bastante barato gracias a la ayuda de su celular.
El motel estaba ubicado en una calle lateral, no muy lejos de la playa donde había estado caminando. Aimi se acercó al mostrador con alivio palpable, sintiendo el cansancio acumulado en sus piernas y el peso emocional en su corazón.
—Hola, ¿cuánto cuesta una habitación por una noche? —preguntó con voz temblorosa, mientras revisaba nerviosamente su billetera en busca del dinero justo.
El recepcionista, un hombre mayor con una sonrisa amable, le dio el precio y Aimi asintió con agradecimiento. Pagó rápidamente y recibió la llave de la habitación, siguiendo al empleado por un pasillo oscuro hasta llegar a su destino.
Al entrar en la habitación, Aimi dejó caer su mochila en el suelo y se dejó caer sobre la cama con un suspiro de alivio. La habitación era sencilla pero acogedora, con una cama grande y limpia, una pequeña mesa de noche y un baño modesto.
《Al menos tendré un lugar donde dormir esta noche》pensó Aimi para sí misma, intentando alejar los pensamientos dolorosos sobre Satoru y Utahime.
Se quitó los zapatos y se recostó en la cama, cerrando los ojos mientras intentaba encontrar algo de paz en medio de la confusión que llenaba su mente.
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A la mañana siguiente, Aimi despertó en la habitación del motel con la luz del sol filtrándose por las cortinas desgastadas. Se sentó en la cama y miró a su alrededor, todavía un poco aturdida por todo lo que había sucedido la noche anterior.
—Toc... Toc —Hubo un suave golpe en la puerta.
Aimi se levantó para ver quién era y se dio cuenta de que era el dueño del motel barato que había encontrado, abriendo la puerta para dejarlo entrar.
El dueño del motel entró con una bandeja de desayuno sencillo. Era un hombre mayor, con cabello canoso y una expresión amigable.
—Buenos días, señorita. Pensé que podría necesitar algo para empezar el día —dijo con una sonrisa, colocando la bandeja sobre la pequeña mesa.
Aimi asintió con gratitud y comenzó a comer el desayuno mientras el hombre la observaba con atención.
—¿Te encuentras bien? —preguntó finalmente, notando la mirada perdida de Aimi.
Aimi suspiró y decidió inventar una historia para explicar su situación en Tokyo. Contó cómo había venido a la ciudad en busca de trabajo después de graduarse y cómo había tenido un pequeño problema con su alojamiento inicial. Evitó mencionar cualquier detalle sobre su verdadera situación o cómo había llegado a Tokyo.
El hombre escuchó con comprensión y luego sugirió algo inesperado.
—¿Te gustaría trabajar aquí por un tiempo? Tenemos algunas habitaciones que necesitan limpieza y podrías ayudar en la recepción. Podría pagarte lo suficiente como para que puedas quedarte aquí y tener un poco más de estabilidad —propuso.
Aimi consideró la oferta por un momento. Sabía que necesitaba dinero y un lugar donde quedarse mientras resolvía su situación.
—¡Claro! Estoy dispuesta a ayudar. Gracias por la oportunidad —respondió sinceramente, sintiéndose aliviada por haber encontrado algo así tan rápidamente.
El hombre asintió con satisfacción y le indicó que podría comenzar después de desayunar. Aimi terminó su comida con renovado ánimo y se preparó para el trabajo.
Mientras revisaba su mochila, encontró el uniforme de educación física de su otro mundo, un recordatorio constante de su determinación para encontrar la forma de regresar a su mundo original.
... Continuará.
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"Aquel Día" - Gojo Satoru x Tú
Fanfiction...Aquel día tenía que ser uno más como los demás, pero no fue así. Esa mañana me rompieron el alma y el corazón... ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ - Jujutsu Kaisen no me pertenece, le pertenece a Gege Akutami (Vas a caer, Gege). - Si la historia no te gu...