Aimi intentó entrar al motel, pero unos policías la detuvieron diciendo que hubo una fuga de gas. Algo que Aimi no creyó al ver del otro lado de la calle a unos hechiceros muy conocidos para ella.
Los hechiceros eran nada más y nada menos que los estudiantes del hombre de quien estaba enamorada pero le rompió el corazón: Gojo Satoru. Ahí estaban Megumi, Itadori y Nobara, quienes parecían recibir instrucciones de un nervioso Ijichi.
Aimi salió corriendo hacia la ambulancia al ver que estaban tapando un cuerpo. Reconoció el anillo en el dedo de la persona: era el señor Kimura quien yacía muerto en aquella camilla al destapar su rostro.
—¡No! ¡Señor Kimura! —gritó Aimi, cayendo de rodillas al suelo. Lágrimas comenzaron a correr por su rostro.
Aimi empezó a llorar incontrolablemente al recordar todo lo que el señor Kimura había hecho por ella. Ahora, verdaderamente, estaba sola, sin tener idea de qué hacer con su vida.
Mientras Aimi lloraba desconsoladamente de rodillas en el suelo, alguien se acercó a ella.
—¿Estás bien? —preguntó una voz con preocupación. Era Itadori, y a su lado estaban Megumi y Nobara.
—¿Qué... qué pasó aquí? —preguntó Aimi, intentando calmar sus sollozos.
—No podemos decir mucho —dijo Megumi con seriedad.
—¿Tú quién eres? —preguntó Nobara, frunciendo el ceño.
—Yo... yo trabajo aquí. Él era... él era mi jefe —Aimi señaló al cuerpo cubierto de Kimura, las lágrimas volviendo a brotar.
Itadori abrió la boca para decir algo más, pero Ijichi apareció apresuradamente.
—Tienen que entrar ya —dijo Ijichi, mirando nerviosamente a su alrededor.
—Pero esta chica... —Itadori comenzó a protestar.
—No hay tiempo para eso, Itadori. La situación es crítica —insistió Ijichi.
—Vamos, Itadori —dijo Megumi, colocando una mano en el hombro de su amigo.
Itadori miró a Aimi una última vez antes de seguir a los demás.
—Lo siento —murmuró antes de alejarse.
Aimi los vio entrar al motel mientras el dolor y la desesperación la envolvían. Ahora, más que nunca, se sentía completamente sola en un mundo que no comprendía.
■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■
Nanami también estaba allí. Al bajar del auto, vio a una Aimi de rodillas en el piso, desolada, sin saber qué hacer. Se acercó a ella y, con una voz firme pero gentil, preguntó:
—¿Estás bien?.
Aimi no respondió, perdida en sus pensamientos y la desesperación de no saber qué hacer ahora. Nanami, viendo su estado, decidió actuar. La cargó suavemente y la llevó hacia el auto, donde la sentó y le ofreció una botella de agua.
—Bebe un poco —dijo Nanami, su voz llena de calma y autoridad.
Aimi tomó la botella con manos temblorosas y, al levantar la vista para agradecer, sus palabras murieron en su garganta. Reconoció a Nanami Kento al instante. Él era uno de sus personajes favoritos del anime que había visto en su verdadero mundo. No es que estuviera enamorada de Nanami, pero lo quería como un mejor amigo, alguien con quien podía hablar de todo y que siempre la escucharía sin juzgarla.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Nanami, tratando de mantener su atención.
—A-Aimi —respondió finalmente, todavía atónita.
Nanami asintió, evaluando la situación con cuidado.
—Aimi, necesitas calmarte. Respira profundo y bebe agua. Estás a salvo aquí —le aseguró, manteniendo su voz serena y reconfortante.
Aimi hizo lo que le dijo, respirando profundamente y tomando pequeños sorbos de agua. Mientras lo hacía, no podía evitar sentir una mezcla de alivio y desconcierto al estar tan cerca de uno de sus personajes más queridos.
—Gracias, señor Nanami —murmuró finalmente.
Nanami la miró con una leve sorpresa.
—¿Nos conocemos? —preguntó.
Aimi negó con la cabeza rápidamente.
—No, no realmente. Solo... sé de usted —dijo, tratando de no revelar demasiado.
Nanami no presionó más, entendiendo que había algo más en juego pero decidiendo respetar su espacio. Miró hacia el motel donde los otros estaban trabajando y luego volvió su atención a Aimi.
—Quédate aquí. No te preocupes, resolveremos esto —le dijo con firmeza antes de dirigirse hacia el motel, dejando a Aimi con la botella de agua y un poco de esperanza en medio de su desesperación.
Aimi vio alejarse a Nanami y supo que debía irse. No estaba preparada para enfrentarse a Satoru, tenía un presentimiento de que él aparecería en ese lugar. Sin decir una palabra, se bajó del auto. Cuando estaba a punto de dar un paso, una voz la detuvo.
—¿Dónde va, señorita? —preguntó un nervioso Ijichi, bajo la instrucción de Nanami de no dejar ir a esa chica.
—A casa —mintió Aimi, aunque en realidad no tenía un verdadero hogar en ese mundo.
Sin esperar a que Ijichi preguntara de nuevo, caminó más rápido. Ijichi se quedó parado, visiblemente nervioso por no poder detener a la chica.
Aimi regresó al mismo lugar al que había llegado cuando salió corriendo de la escuela de jujutsu: la playa. Era el único lugar que le brindaba paz en esos momentos tan difíciles.
Se dejó caer en la arena, escuchando el murmullo de las olas y observando las estrellas que brillaban en la oscura y solitaria noche para ella.
《Quiero volver》, fue lo único que pensó Aimi antes de cerrar los ojos y dejar que las lágrimas recorrieran su hermoso rostro.
La atmósfera era desgarradora. El sonido del mar parecía envolverla en una melodía de tristeza, mientras las estrellas, lejanas y frías, sólo aumentaban su sensación de soledad.
Aimi se sentía perdida en un mundo que no entendía, anhelando volver a su verdadero hogar donde se sentía segura y querida.
... Continuará.
ESTÁS LEYENDO
"Aquel Día" - Gojo Satoru x Tú
Fanfiction...Aquel día tenía que ser uno más como los demás, pero no fue así. Esa mañana me rompieron el alma y el corazón... ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ - Jujutsu Kaisen no me pertenece, le pertenece a Gege Akutami (Vas a caer, Gege). - Si la historia no te gu...