Los demás, al llegar a la playa, se quedaron quietos sin intervenir al ver de lejos cómo Aimi lloraba y Gojo trataba de abrazarla.
—Será mejor que nos quedemos aquí —dijo Nanami con seriedad. Los otros asintieron con la cabeza.
《Pero si pasa algo, voy a intervenir》pensó Nanami.
Mientras tanto, Gojo trataba de acercarse a Aimi para poder abrazarla, ya que le dolía verla así. Sin embargo, Aimi retrocedía un paso cada vez que Gojo avanzaba.
—Nunca fui importante para ti, ¿verdad? —preguntó Aimi con la voz quebrada. Gojo quería saber a qué se refería.
—Tú eres lo más importante para mí, Aimi, desde aquel día que apareciste en mi habitación —aseguró Gojo, y no estaba mintiendo. Desde aquel día, ella le mostró que él también era un ser humano más.
Aimi abrió mucho los ojos, ya que nunca esperó que esas palabras salieran de la boca del gran Gojo Satoru.
—¿En serio? —preguntó Aimi con timidez, olvidándose por un momento de lo que Utahime dijo.
—Claro —dijo Gojo suavemente y se sacó la venda para que Aimi pudiera ver la sinceridad en aquellos hermosos ojos azules que él poseía.
—P-pero... —susurró Aimi bajando la cabeza. Todas sus barreras se rompieron al ver los hermosos ojos de Satoru.
—Dilo, Aimi —dijo Gojo, dando un paso sin que ella se diera cuenta.
—Escuché de Utahime que ustedes son algo —dijo Aimi levantando la mirada, que solo reflejaba dolor por lo que escuchó aquel día.
—¡¿Qué?! —dijo Gojo incrédulo.
Algo hizo clic en la mente de Gojo al recordar aquella noche que pasó con Utahime, pero eso sucedió antes de que Aimi apareciera. Después de aquello, nunca más volvió a estar con Utahime.
《Ya verás, Iori》Gojo ya estaba pensando en mil maneras de hacer sufrir a Utahime al darse cuenta de que por un maldito mes estuvo buscando como loco en todo Japón a su querida Aimi.
—Lo siento por haber escapado como una niña —se disculpó Aimi al ver el desconcierto en la cara de Satoru, dándose cuenta de que todo ese tiempo había malinterpretado todo.
—No, yo lo siento —se disculpó Gojo. Y antes de que pudiera decir algo más, escuchó un fuerte grito.
—¡SATORU, DETRÁS DE AIMI! —gritó Nanami, quien venía corriendo hacia ellos junto con los demás.
—¿Qué? —susurró Aimi un poco confundida, y sin más, giró la cabeza para ver qué era, quedándose horrorizada.
—¡AIMI! —gritó Satoru viendo en cámara lenta cómo Aimi era atravesada por una maldición que estaba escondida entre la arena de aquella playa.
Aimi miró a Satoru a los ojos al sentir algo atravesarla por la espalda, haciendo que tosiera sangre.
—Satoru —susurró Aimi.
Nanami llegó y sin más, exorcizó a aquella maldición mientras Satoru atrapaba a Aimi en sus brazos.
—No me dejes, por favor —susurró Gojo entre lágrimas, haciendo que todos se sorprendieran al ver al más fuerte llorar por una simple no hechicera.
Algo que nunca esperaron ver de Gojo Satoru, ya que siempre mantenía la calma en toda situación.
—S-saturito —susurró Aimi con dolor, levantando la mano queriendo limpiar las lágrimas que caían de los hermosos ojos de Gojo —T-te amo —confesó antes de dejar caer su mano.
—Aimi.... AIMI —gritó Gojo con desesperación al no sentir el pulso de Aimi —No... no.
—Llévala con Shoko —dijo Nanami, y sin perder tiempo, Gojo se teletransportó junto al cuerpo ensangrentado de Aimi.
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Gojo llegó al consultorio donde Shoko siempre estaba en la escuela de hechicería, gritando desesperadamente.
—¡Shoko! ¡Por favor, sálvala! —clamó, su voz llena de pánico mientras depositaba el cuerpo ensangrentado de Aimi en una de las camillas.
Shoko, aunque sorprendida por la situación, reaccionó de inmediato al ver la gravedad de las heridas de Aimi. Gojo no dejaba de repetir que la salvara, su desesperación palpable.
—¡Necesito espacio, Gojo! —ordenó Shoko, mientras comenzaba a preparar sus herramientas y técnica curativa.
—Por favor, Shoko, haz algo —insistió Gojo, sin poder apartar la vista del rostro pálido de Aimi.
—Voy a hacer todo lo posible, pero necesito que te calmes y me dejes trabajar —respondió Shoko con firmeza. —Si no te calmas, no podré concentrarme.
Gojo dio un paso atrás, aunque sus manos temblaban y su corazón palpitaba violentamente.
—Ella... ella es todo para mí, Shoko. No puedo perderla —Gojo susurró, su voz quebrada.
—Satoru. Haré lo mejor que pueda, pero necesito silencio y concentración —dijo Shoko, comenzando a usar su técnica curativa para estabilizar a Aimi.
La tensión en la habitación era palpable. Gojo apenas podía contenerse, sus manos crispadas y su mirada fija en Aimi.
Después de lo que pareció una eternidad, Shoko levantó la vista.
—La he estabilizado por ahora, pero las heridas son graves. Necesito más tiempo para sanarla completamente —dijo Shoko, con una mezcla de alivio y preocupación en su voz.
—Gracias, Shoko, gracias —Gojo susurró, dejándose caer en una silla cercana, cubriendo su rostro con las manos.
—¿Qué pasó, Satoru? —preguntó Shoko, suavizando su tono.
—Es una larga historia... pero lo más importante es que la encontré, y no puedo perderla otra vez —respondió Gojo, su voz aún temblando de emoción y miedo.
—Haré todo lo que pueda, Satoru. Pero necesitas descansar y recuperarte también. No puedes ayudarla si estás así —dijo Shoko, colocándole una mano en el hombro.
Gojo asintió débilmente, aunque sabía que no podría descansar hasta asegurarse de que Aimi estaba fuera de peligro.
Shoko volvió a concentrarse en Aimi, determinada a salvarla, consciente de que su éxito o fracaso no solo afectaría a sus amigos, sino potencialmente a todo el mundo si Gojo Satoru perdía el control por su desesperación.
... Continuará.
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"Aquel Día" - Gojo Satoru x Tú
Fanfiction...Aquel día tenía que ser uno más como los demás, pero no fue así. Esa mañana me rompieron el alma y el corazón... ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ - Jujutsu Kaisen no me pertenece, le pertenece a Gege Akutami (Vas a caer, Gege). - Si la historia no te gu...