El 20 de septiembre de 2023.
Esa mañana se presentó radiante, anunciando la llegada inminente de la primavera. Aunque Aimi se aferraba a su cama con la resistencia de quien no quiere abandonar un refugio cómodo, la obligación escolar la llamaba a despertar.
—¡Riiinn! ¡Riiinnn! —volvió a sonar el despertador de Aimi después de pasar los 5 minutos que se había concedido.
—¡Maldita sea! —Susurró Aimi con pesar al darse cuenta de que no quería levantarse de la cama.
—¡Vamos, Aimi, tienes que hacerlo! —Se dijo a sí misma, venciendo la tentación de quedarse acurrucada bajo las sábanas.
Despertando de su ensoñación, Aimi se alzó con la pereza como su única compañera. Tras visitar el baño, cepillarse los dientes y domar su larga cabellera negra, vistió su uniforme escolar con un cansancio palpable.
—Oh... Maldición —murmuró al notar que llegaría tarde al colegio.
Aimi salió corriendo de su hogar sin desayunar, consciente de que en su último año de bachillerato, cada minuto era crucial para alcanzar su objetivo: una beca que le permitiera seguir estudiando.
—Lamento la tardanza, Director —se disculpó Aimi al llegar frente al portón del colegio y entrar.
—Solo que no vuelva a pasar —reprendió el director antes de dejarla ir.
—Entendido, director —respondió Aimi, apresurándose hacia su clase de física.
Al llegar la hora del primer receso, Aimi se fue a la cantina para comprar unos caramelos. Sin embargo, la escasez de dinero la obligó a conformarse con lo mínimo.
《Mejor sola que mal acompañada》 pensó mientras navegaba por Twitter en busca de distracción.
—¡E-se mentira! —susurró Aimi incrédula por lo que vio en su feed. —Debe de ser una ilusión.
Levantándose bruscamente de la banca donde estaba sentada, Aimi se fue corriendo al baño.
—¡RIIIN! —justo cuando el timbre de la campana tocó indicando que el receso se había acabado.
Aimi se encerró en una cabina del baño de mujeres, tratando de contener sus sollozos para que nadie la escuchara.
—Shhff —sollozó en silencio Aimi, esforzándose por mantenerse tranquila. —Debo de volver, luego veré si es verdad.
Entonces Aimi se levantó, abrió la puerta de la cabina y se lavó la cara apresuradamente para ocultar cualquier rastro de sus lágrimas.
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Aimi llegó a su casa y lo primero que hizo fue ir al cuarto que comparte con su hermana mayor y sus dos sobrinas: una de 8 años, hija de su otra hermana mayor, quien no vive con ellos ya que se acompañó y ahora tiene un hijo que dentro de unos meses cumplirá dos años. Esto dejó a su sobrina mayor con ellos, y la otra sobrina, hija de la hermana con la que Aimi comparte habitación, cumplirá dos años en unos días.
—A veces desearía tener mi propio cuarto —susurró Aimi para sí misma al ingresar al cuarto que comparte.
Al ingresar a la casa, se dio cuenta de que nadie estaba. Su hermana, quien comparte cuarto, está en la casa de su abuela con su hija (la sobrina menor de Aimi) y la sobrina mayor, mientras que su hermano mayor está en la universidad.
Aimi es la menor de cuatro hermanos: dos hermanas, un hermano y ella. Sus padres están separados; todos los hijos se quedaron con el papá ya que la mamá simplemente se fue. Aunque aparece de vez en cuando, no es lo mismo.
Aimi no le guarda rencor a su madre, ya que piensa que si no se aman más en un matrimonio, ¿para qué estar juntos? Aunque sus padres todavía estén casados legalmente, no se divorciaron ya que cuesta mucho dinero y eso su familia no lo tiene, así que dejaron el asunto así.
—Vamos a ver si lo que vi es verdad —habló para sí misma Aimi.
Al entrar a Facebook, Twitter, TikTok u otra plataforma digital, en todas ellas le aparecía lo mismo.
—Es mentira —Aimi se negaba a creer que Gojo Satoru haya muerto en su batalla contra el rey de las maldiciones, Ryomen Sukuna.
Aimi se tiró en su cama con su mochila, uniforme y celular en la mano, y empezó a llorar como nunca antes lo había hecho. Lloró porque al compartir cuarto siempre tenía que reprimir sus sentimientos y nunca llorar enfrente de su hermana y sobrinas; eso sería vergonzoso y preocuparía a su familia.
Por eso, Aimi nunca lloraba a menos que estuviera en el baño. Ahí sí lloraba en silencio sin emitir ningún sonido.
Aimi, de tanto llorar, se quedó dormida con los ojos rojos y hinchados por su llanto, al no creer que Satoru perdiera y haya muerto.
Y sin que Aimi se diera cuenta, debajo de ella apareció un portal, haciendo que desapareciera de ese lugar, llevándose así su mochila escolar y su celular, que nunca soltó.
... Continuará.
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"Aquí les traigo otro fanfic de Jujutsu Kaisen, es que no puedo sacármelo de la cabeza cuando algo se me ocurre."
Dato: Aimi, significa "Amor Bello".
¡Bye...Bye!
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"Aquel Día" - Gojo Satoru x Tú
Fiksi Penggemar...Aquel día tenía que ser uno más como los demás, pero no fue así. Esa mañana me rompieron el alma y el corazón... ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ ◇ - Jujutsu Kaisen no me pertenece, le pertenece a Gege Akutami (Vas a caer, Gege). - Si la historia no te gu...