Nuevos presagios

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• El pasado aún nos concierne

   Los días continúan transcurriendo con total normalidad, Can está próximo a realizar sus exámenes de recuperación, se encuentra agotado, pero debe probarse a si mismo que puede hacerlo para sentirse un digno esposo, y poder también aspirar a lograr terminar su carrera.

    Min Ho, ha sido una pieza fundamental en aquella milagrosa misión, los estudios y notas han mejorado, los profesores han visto en él una nueva faceta, pero le han pedido que no se descuide, que con esmero todo puede lograrse.

  A pesar de no estar del todo seguro, en los primeros días del regreso a casa de su tutora, Tin llegaba temprano a casa, se escondía entre los jardines y observaba cada movimiento de ella hacia él.

  La amabilidad y distancia de manera prudente, pero sin dejar de lado la cortesía, estuvo siempre del lado de Can, e incluso el repartidor de alimentos, podía observar la mirada de aquella persona que tarde tras tarde, no podía dejar de mirar a quien era su más preciada posesión. Sonreír, comer, poner atención en los deberes, equivocarse y ser castigado por su tutora, todo aquello podía ser soportado porque le veía crecer, madurar y esforzarse cada día más.

Pero, llegó el día que no regresó más y empezó a confiar en sí mismo. La duda ya no le invadía, sus pensamientos podían estar tranquilos, porque desde un inicio quien siempre falló fue él, y Can solo guardó para él, los más tiernos y sublimes sentimientos.

El lápiz fue sujetado, los alumnos del primer año permanecen en el aula a la espera de la señal, que de inicio al primer examen sustitutorio,

  Can se mantiene confiado y sonríe al revelarse ante él, la imagen de quién ha sido su pilar todo este tiempo, abraza esa ilusión y muy confiado de sus respuestas empieza escribir.

   Las dos primeras horas transcurren, afuera en el pasadizo algunos alumnos empiezan a salir, mientras que otros esperan el tercer sustitutorio, entre ellos él. Una vez más, su mente se tensa y los nervios empiezan a traicionarle, pero alguien desde afuera muestra un lindo letrero, Ae, Pete y Tao, sostienen un afiche que dice: "Si tú no puedes, nadie más podrá" ¡Ánimo!, el dulce melón será comido esta noche, por su ansioso dueño. (eso fue idea de Tin). Brotando de él, la primera expresión de alivio, retomando una vez más su escritura. Y fue así como la tercera hora se cumple, los alumnos entregan las hojas de subsanación y salen del salón.

   Pete corrió a darle un gran abrazo a penas le vio aproximarse, y después invitó a todos a comer, pero Tao pidió excusarse aun quedaba terminar unos asuntos de la empresa, pidiendo a Ae que lo cuidase y llevase a casa por él.

  La euforia contagiada por Pete era exorbitante, apenas Can escuchó la palabra comida, sus ánimos volvieron y las preocupaciones se desvanecieron. Llegando hasta un lindo lugar muy retirado de la facultad, en donde la música contagiaba a todos e incluso el mismo Ae, a pesar de ser muy tímido compartió con ellos las primeras notas musicales, empezando todos a bailar; Realmente era un hermoso momento, lleno de camarería entre fieles amigos y hermanos.

  Pero, el radar que Can sostiene como un chip sobre su persona no se detiene, cuando de personas ajenas a él, lo tienen en sus pensamientos. Alguien dentro de su auto le observa, observa la sonrisa que brota desde el interior de su corazón, su felicidad se siente abrumadora, y no puede con tanto.

  Sekin acaba de volver, y al ser contactado con Tul ambos decidieron traer a Cameron de regreso al país. La historia con Tin fue corta, pero muy intensa. Ahora nuevos planes están siendo fabricados, en contra de una pareja que a pesar de tanto, desea seguir luchando por el lazo inquebrantable que se ha creado en ellos, ─ "Un amor que trasciende, los limites de todo lo inexplicable".

CAMINOS DE ESPINAS  - 3TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora