Emmet siempre fue el chico popular tanto en el orfanato como en la preparatoria. Con su encanto natural y sonrisa fácil, parecía tenerlo todo: amigos, admiradores y una reputación envidiable. Sin embargo, Lucca sabía algo que los demás no sabían: a Emmet no le interesaba nadie. O al menos eso era lo que él le decía a ella. La verdad era mucho más compleja, y Lucca no conocía de este secreto de primera mano: Emmet estaba enamorado de ella.La relación entre Lucca y Emmet era especial. Aunque él era el centro de atención y ella una figura peculiar y solitaria, habían encontrado en el otro una conexión profunda y sincera. Emmet confiaba en Lucca de una manera que no lo hacía con nadie más, y Lucca apreciaba esa vulnerabilidad que él compartía solo con ella.
Un día, una chica del orfanato, con el corazón acelerado y la mente llena de ilusiones, se acercó a Lucca con la esperanza de que ella pudiera ayudarla a ganarse el afecto de Emmet. La persistencia de la chica era tal que, después de varios días de insistencia, finalmente Lucca accedió a hablar con Emmet sobre el tema.
-¿Qué piensas de esta chica? -le preguntó Lucca a Emmet, esperando poder darle alguna noticia alentadora a la chica que tanto la molestaba.
Emmet la miró con sus ojos brillantes y, después de un momento de reflexión, respondió con indiferencia:
-No es mi tipo, Lucca. Ya lo sabes.
Las palabras de Emmet fueron tan desinteresadas que Lucca se dio cuenta de que no había esperanza de que esa relación floreciera. A pesar de sus intentos por ayudar a la chica, la situación no cambió, y la chica terminó más desanimada que al principio.
Al día siguiente, Emmet había notado un cambio en Lucca. Ella evitaba mirarlo, y eso le dolía más de lo que quería admitir. No podía creer que su mejor amiga lo hubiera dejado solo con una chica que apenas conocía. Decidido a tomar cartas en el asunto, Emmet ideó una manera peculiar de hacerle saber a Lucca que no estaba contento con lo ocurrido.
Mientras se dirigían a la preparatoria en sus bicicletas, Emmet, sin previo aviso, sacó un costal de harina aparentemente vacío y lo colocó sobre la cabeza de Lucca.
-¡No veo nada! -gritó Lucca mientras intentaba frenar su bicicleta, completamente cegada por la harina.
Emmet, riendo, pedaleó más rápido, dejando a Lucca atrás con su bicicleta parada y el costal cubriéndole la cabeza. La risa de Emmet resonaba en el aire, pero no pudo evitar echar un vistazo atrás para asegurarse de que Lucca estuviera bien.
Lucca, una vez que logró quitarse el costal de harina, continuó su camino hacia la preparatoria. Estaba enojada y humillada, pero también se dio cuenta de algo más. Emmet estaba un tanto enojado con ella, y su broma pesada era su manera de expresar esa frustración.
Otro incidente ocurrió al final de una jornada escolar en el pasado . Tres chicas de la preparatoria se acercaron a Emmet mientras él montaba su bicicleta. Lucca, que observaba la situación a punto de subirse a su propia bici, pudo escuchar cada palabra.
Una de las amigas de la chica interesada en Emmet habló primero:
-Emmet, a Merry le gustas.
La chica tímida, con ilusión en los ojos, añadió:
-Podemos empezar como amigos___ agrego tímidamente mientras sus dos amigas esperaban la respuesta del chico .
Pero Emmet no dijo una sola palabra. En cambio, simplemente se fue sin mirar atrás, convirtiéndose en un bloque de hielo en ese momento. Lucca miraba la escena desde un costado, sin intervenir.
La primera amiga, frustrada, siguió a Emmet unos pasos antes de gritarle:
-¡Hijo de puta, maldito!
Y con un gesto de rabia, le sacó el dedo del medio.
Lucca no dijo nada. Solo siguió mirando la cómica situación.
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El Alma del Invierno
Teen Fiction¿Que eres en verdad? ¿Debería preguntarte que eres o quien eres ? ¿ lo sabrías contestar? Yo no podría al menos aun no , considero la pregunta un tanto difícil de responder porque en lo que a mi me concierna la mayoría de los humanos no saben quiene...